Esto va de lo siguiente. Una anciana muere y deja una herencia a sus hijos y nietos. A sus hijos les deja una buena casa, a su nieto el dinero, y a su nieta una vieja casa en Córcega, medio derruída. La heredera, Christina, una mujer de unos treinta años que trabaja en una pizzería con su novio, se niega a venderla sin verla primero. Tanto su familia como su novio se oponen a que vaya a Córcega, pero ella se empeña en ir, y una noche se larga para allá.

El viaje es caótico, ya que la casa se encuentra en un pueblo muy pequeño, que poca gente conoce y al que no llegan los autobuses. Así que decide hacer autostop. Tras quedarse sin gasolina a mitad de camino y con la ayuda de los lugareños, consigue llegar a la mañana siguiente a la casa. La casa es fea, vieja, está en el medio de ninguna parte, y encima el alcalde está interesado en comprarla. Pero, por alguna razón, la chica decide pensarlo un poco y quedarse unos días. Ella supone que su abuela la dejó esa casa en herencia precisamente a ella por alguna razón. Tal vez porque quería que viviese allí y dejase atrás su monótona vida.

Se hace amiga de un perro. Y el perro resulta ser de un pastor que vive por allí. Un tipo apuesto, buena persona, solícito y servicial, que la ayuda en todo lo que puede. Además, el tipo es soltero y no tiene novia. Ella es bastante fea, pero no importa, se enamora de ella inmediatamente. La noche antes de irse, se besan, pero no pasan a mayores porque ella recuerda que tiene novio.

Como comprendereis, a estas alturas ya le he perdido el respeto a la película, y por dentro solo estoy esperando a que dure poco, y que pase algo aunque sea esperpéntico, antes que no pase nada y me aburra soberanamente.

Total, que la chica vuelve a Bélgica y se las arregla para discutir con su familia y con su novio, y largarse definitivamente a su casa en Córcega. Pero cuando llega, resulta que el pastor del que se ha enamorado tiene una huésped en su casa. Se trata de una chica joven y guapa que está allí haciendo un curso de pastoreo. Su ilusión se desmorona, y a partir de entonces se dedica a intentar arreglar su casa, reparar el tejado, y tratar de convertir ese caserón abandonado en un lugar decente para vivir. No importa que ahora esté sola y no tenga ni al antiguo novio ni al nuevo, lo importante es que está en su casa y puede mirar por la ventana durante largos minutos. Ha conseguido cambiar su rutinaria vida de ir a trabajar y estar con su novio, por una vida mucho más interesante que consiste en arreglar en tejado y mirar por la ventana.

Mis súplicas fueron escuchadas y, efectivamente, la película acaba pronto y pasan cosas esperpénticas. De repente llegan su padre y su hermano para ayudarla a arreglar el tejado. Cuando terminan de hacerlo, al padre le da un ictus, o un infarto cerebral, o algo así, no me acuerdo muy bien qué era. El caso es que la perdona y la anima con la mirada a que se quede en Córcega en lugar de volver con ellos.

Por otra parte, el pastor pasa muchos días con la estudiante que está muy buena, pero no pasa nada con ella, porque él está enamorado de la fea. Así que en cuanto la otra se va, vuelve con ella. Al final, Christina se queda a vivir en Córcega en la casa que antes era una porquería y ahora es una casa bonita, con el pastor tan apuesto. Y su vida tendrá sentido porque en lugar de vivir en una ciudad civilizada y aburrida, podrá pasar el resto de la vida haciendo queso y montando en bicicleta por el campo.

¿Que valoración se puede hacer ante una película así? Pues ninguna. Entre otras cosas porque ya casi se me ha olvidado. Si la recuerdo, me viene a la mente la imagen de la chica viajando en el tren, la cara de pánfilo del supuestamente atractivo pastor, los paisajes de Córcega (lo único salvable de la película) y una terrible sensación de estar en el lugar equivocado. ¿Que hacía yo un sábado de agosto metido en un cine viendo esta tontería de película?