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Voto de keizz:
7
6,5
4.412
Drama
Biografía de la filósofa judío-alemana Hannah Arendt, discípula de Heidegger, que trabajó como periodista en el juicio a Adolf Eichmann, el nazi que organizó el genocidio del pueblo judío durante la II Guerra Mundial, conocida por "la solución final". (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hannah Arendt es una reputada filósofa y pensadora judía que vive en Estados Unidos adonde escapó durante la época de la Alemania nazi. Vive con su marido y su selecto grupo de amigos intelectuales. En 1961, consigue que un periódico norteamericano la contrate para que acuda a Jerusalem para presenciar el juicio a Adolf Eichmann, que había sido detenido en Argentina, y que había logrado escapar a los juicios de Nuremberg. Durante la vista oral, Hannah se sorprende al darse cuenta de que, en contra de lo que había imaginado, Eichmann no parece ningún asesino sanguinario, sino más bien todo lo contrario, un hombre mediocre, patético y hasta un tanto pusilánime, que constantemente repite que él simplemente se dedicó a cumplir las órdenes que le daban. De regreso a Estados Unidos, Hannah escribe su artículo en el que cuenta estas sensaciones que ha tenido respecto a Eichmann y opina que parte de la culpa de lo que ocurrió la tuvieron algunos dirigentes judíos que colaboraron con el Reich en lugar de enfrentarse a ellos. Este artículo tuvo una atroz reacción por parte de los judíos, quienes se pusieron ferozmente en su contra, incluso sus mejores amigos.
A mi, personalmente, la película me ha gustado mucho. Entiendo que te tiene que gustar el tema, y advierto de ello. Personalmente, me lo pasé en grande viendo esta película.
Margarethe von Trotta, la directora, hace una gran puesta en escena, y comienza mostrando el mundo en el que vive Hannah Arendt a principios de los años sesenta, en su lujosa casa, con su marido y sus pocos amigos, todos ellos intelectuales. Bastante convincentes todas las interpretaciones, en especial la de la protagonista principal: Barbara Sukowa.
Una cosa que me parece muy interesante y creo que le viene muy bien a la película es la inserción de imágenes de archivo del propio juicio, del juicio real, en las que se puede apreciar que, efectivamente, Eichmann tenía bastante poca pinta de sanguinario y más bien parece un pobre hombre, físicamente pequeño y con aspecto más bien pacífico.
Hay unos pocos flashbacks a través de los que Hannah recuerda su relación con el filósofo Martin Heidegger, que fué su profesor en la universidad y amante, pese a ser mucho mayor que ella, y del que aprendió la afición a dedicarse al pensamiento y la filosofía.
La película es sobria y veraz. Nada efectista ni melodramática. Se trata de una reivindicación del pensamiento. La historia está al servicio de los personajes, y no al revés. Lo importante son las palabras, los gestos, no hay mucha música ni efectos, sino detalles, imágenes de Hannah fumando en la penumbra mientras piensa. La sinceridad como bandera, aunque ocasione problemas. El pensamiento como estandarte de la libertad, como reivindicación de uno mismo, como esencia última del ser humano.
En fin, gran película, de las que me gustan a mi. De aquellas que sales del cine y podrías pasar la noche entera debatiendo sobre ella con tu/s acompañante/s.
http://keizzine.wordpress.com/
A mi, personalmente, la película me ha gustado mucho. Entiendo que te tiene que gustar el tema, y advierto de ello. Personalmente, me lo pasé en grande viendo esta película.
Margarethe von Trotta, la directora, hace una gran puesta en escena, y comienza mostrando el mundo en el que vive Hannah Arendt a principios de los años sesenta, en su lujosa casa, con su marido y sus pocos amigos, todos ellos intelectuales. Bastante convincentes todas las interpretaciones, en especial la de la protagonista principal: Barbara Sukowa.
Una cosa que me parece muy interesante y creo que le viene muy bien a la película es la inserción de imágenes de archivo del propio juicio, del juicio real, en las que se puede apreciar que, efectivamente, Eichmann tenía bastante poca pinta de sanguinario y más bien parece un pobre hombre, físicamente pequeño y con aspecto más bien pacífico.
Hay unos pocos flashbacks a través de los que Hannah recuerda su relación con el filósofo Martin Heidegger, que fué su profesor en la universidad y amante, pese a ser mucho mayor que ella, y del que aprendió la afición a dedicarse al pensamiento y la filosofía.
La película es sobria y veraz. Nada efectista ni melodramática. Se trata de una reivindicación del pensamiento. La historia está al servicio de los personajes, y no al revés. Lo importante son las palabras, los gestos, no hay mucha música ni efectos, sino detalles, imágenes de Hannah fumando en la penumbra mientras piensa. La sinceridad como bandera, aunque ocasione problemas. El pensamiento como estandarte de la libertad, como reivindicación de uno mismo, como esencia última del ser humano.
En fin, gran película, de las que me gustan a mi. De aquellas que sales del cine y podrías pasar la noche entera debatiendo sobre ella con tu/s acompañante/s.
http://keizzine.wordpress.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es fascinante la escena final en la clase ante sus alumnos de filosofía, que son casi los únicos que siguen de su parte después del escándalo. Ella pasó a la historia al crear el concepto, en el artículo sobre Eichmann, de “la banalidad del mal”, según el cual, el mal no nace del individuo sino de las circunstancias. No puede haber nadie medianamente coherente que no se avenga, como mínimo, a plantearse la validez de dicha teoría, especialmente después de ver la película.
También me parece inolvidable la escena en la que acude a ver a su amigo Kurt Blumenfeld, que se está muriendo. El está muy enfadado con ella por el artículo que ha escrito y la recrimina que no ame al pueblo judío. Ella le responde que no sabe amar a los pueblos ni a las patrias. Que el poco amor que siente, es para sus amigos. Está brillantísima Sukowa en esa escena. Sublime.
También me parece inolvidable la escena en la que acude a ver a su amigo Kurt Blumenfeld, que se está muriendo. El está muy enfadado con ella por el artículo que ha escrito y la recrimina que no ame al pueblo judío. Ella le responde que no sabe amar a los pueblos ni a las patrias. Que el poco amor que siente, es para sus amigos. Está brillantísima Sukowa en esa escena. Sublime.