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Voto de TOM REGAN:
6
6,0
928
Drama
La historia de un legendario director llamado J.J. "Jake" Hannaford, que regresa a Hollywood desde los años de semi-exilio en Europa, con planes para completar el trabajo en su propia película, también titulada "Al otro lado del viento" y volver al estrellato... Último largometraje de Orson Welles, terminado en 2018 por un equipo de profesionales siguiendo las anotaciones del realizador. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
198/04(05/11/19) Film de arte y ensayo, curioso experimento pretende homenajear a uno de los más grandes directores del Séptimo Arte, George Orson Welles. Filmada, coescrita, coproducida y coeditada por OW, estrenada en 2018 después de más de 40 años en desarrollo, el rodaje comenzó en 1970 en que OW pretendía ser su regreso a Hollywood, y se reanudó de vez en cuando hasta 1976, continuó trabajando intermitentemente en el proyecto hasta la década de 1980, pero se vio envuelto en complicaciones legales, financieras y políticas impidieron ser completado. Utilizó narrativa de película dentro de película que sigue el último día de la vida de un viejo director de cine de Hollywood (John Huston, en lo que puede verse como alter ego wellesiano, tanto que gran mayoría de diálogos con Huston los personajes los hacen sin él delante, es al propio OW al que interpelan) mientras organiza una fiesta de proyección para su último proyecto inacabado. Película filmada en estilo falso documental poco convencional con enfoque de corte rápido con imágenes en color y en blanco y negro. Además del montaje editado de diferentes estilos para la película principal, la película dentro de la película de Hannaford fue fotografiada en estilo diferente, a un ritmo más lento, como un pastiche de Antonioni. Fue concebido como sátira del fallecimiento de Hollywood clásico y de los cineastas de vanguardia de Europa y New Hollywood en la década de 1970. Cuando empezó a filmar, en gran medida financiado por el cuñado del Shah de Irán, no tenía guion. Había previsto completar el rodaje en ocho semanas; le llevó seis años de continuas reescrituras de escenas y cambios de reparto. Posteriormente, la Revolución Islámica, falta de dinero, sucesivas batallas legales y hasta el extravío de los negativos de la película contribuyeron a mantenerla inacabada durante décadas. Los resultados inéditos se llamarían "el Santo Grial del cine". Tras la muerte de OW en 1985, se la llamó la película más famosa que nunca se estrenó, alcanzado estatus de leyenda, se hicieron varios intentos de reconstruirla inacabada cual trabajo arqueológico. En 2014, los derechos fueron adquiridos por Royal Road y el proyecto fue supervisado por Bogdanovich y el productor Frank Marshall. Los productores Frank Marshall y Filip Jan Rymsza recaudaron fondos para unir y completar el trabajo de Welles, clasificando el editor ganador del Oscar Bob Murawski ("The Hurt Locker"), más de 100 horas de material de archivo que se almacenó en un almacén de París, se envolvió y se empaquetó en ocho paletas y se envió a las oficinas de Technicolor en Hollywood. Resultando una mezcolanza episódica de imágenes en b/n, mezcladas con color, tomadas en varios formatos: 35 milímetros, 16 milímetros y Super 8, con el puntaje jazzy de Michel Legrand. La película finalmente tuvo su estreno mundial en el 75 ° Festival Internacional de Cine de Venecia el 31 de agosto de 2018, y fue lanzada el 2 de noviembre de 2018 por Netflix para elogios críticos, acompañada del documental They'll Love Me When I'm Dead (2018).
Labor inclasificable, solo aceptable como oda a un cineasta único, un vanguardista incomprendido en su momento, una película coctel de secuencias dispersas, con cortes desordenados de cuasi de producir epilepsia, no apta a taquicárdicos por su edición entrecortada, donde los planos apenas duran unos segundos, mucho fuera de campo, mucha iluminación extraña, muchísima cámara en mano nerviosa, sumándose un aquelarre de estilos visuales (35 mm y 16 mm, en blanco y negro y color), multitud de personajes, trama complicada de seguir, conversaciones asimétricas en su mod de exponerse, todo muy fragmentario. Al final me queda la idea esbozada de lo que Welles quiso hacer, una sátira crepuscular sobre la grieta entre el viejo Hollywood y el Nuevo, ese tan influenciado por el cine que se hacía en Europa (Antonioni, Truffaut, Godard,…).
Orson Welles era un creador que gustaba sobre todo de iniciar ideas, de arrancar proyectos, pero muchos de ellos no los finalizó, este fue uno de ellos, al parecer solo faltaba editarlo. Welles siempre montaba todas sus películas, por lo que eran suyas al estrenarse, y esta “Al otro lado del viento” no tiene su visto bueno, por lo que decir que es su creación es mentir, es un bosquejo de lo que él quería hacer, todo el material que Welles rodó se puede ver antes de su montaje como el Gato de Schrödinger, y es que sus admiradores pueden imaginarse y tener grandes expectativas, cada uno con una idea diferente, pero al levantar la caja ya solo hay una visión, y esta no es la del mítico director, y es que Welles se sentiría profanado si levantara la cabeza, detestaba que jugaran con sus obras, que las manoseasen de modo comercial, podría verse como un sacrilegio, como esos anuncios que juegan con la imagen de James Dean o Marylin Monroe. Que me quieran decir que esto es lo que hubiera hecho Welles es una aberración, al morir apenas había completado 41 minutos de metraje final, no dejó ninguna instrucción sobre cómo ordenar los 1.000 rollos de celuloide que había llegado a acumular, sabido es que solía completar sus películas en la sala de montaje, y que no se fiaba de nadie, por lo que esto hay que verlo como un experimento en el que se da a conocer una pseudo historia sobre el ocaso de un director, que intenta recaudar fondos para terminar una película, película onírica-silente claramente embebida de sátira sobre el pedante cine de Antonioni.
John Huston confirmó que la película fue fotografiada en un estilo muy poco convencional: "Es a través de estas cámaras que se cuenta la historia. Los cambios de uno a otro (color, blanco y negro, imágenes fijas y en movimiento) dieron lugar a una deslumbrante variedad de efectos". Agregó que la fotografía principal fue altamente improvisada, y que el guión se cumplió de forma flexible. En un momento, Welles le dijo: "John, solo lee las líneas u olvídalas y di lo que quieras. La idea es lo único que importa".
Labor inclasificable, solo aceptable como oda a un cineasta único, un vanguardista incomprendido en su momento, una película coctel de secuencias dispersas, con cortes desordenados de cuasi de producir epilepsia, no apta a taquicárdicos por su edición entrecortada, donde los planos apenas duran unos segundos, mucho fuera de campo, mucha iluminación extraña, muchísima cámara en mano nerviosa, sumándose un aquelarre de estilos visuales (35 mm y 16 mm, en blanco y negro y color), multitud de personajes, trama complicada de seguir, conversaciones asimétricas en su mod de exponerse, todo muy fragmentario. Al final me queda la idea esbozada de lo que Welles quiso hacer, una sátira crepuscular sobre la grieta entre el viejo Hollywood y el Nuevo, ese tan influenciado por el cine que se hacía en Europa (Antonioni, Truffaut, Godard,…).
Orson Welles era un creador que gustaba sobre todo de iniciar ideas, de arrancar proyectos, pero muchos de ellos no los finalizó, este fue uno de ellos, al parecer solo faltaba editarlo. Welles siempre montaba todas sus películas, por lo que eran suyas al estrenarse, y esta “Al otro lado del viento” no tiene su visto bueno, por lo que decir que es su creación es mentir, es un bosquejo de lo que él quería hacer, todo el material que Welles rodó se puede ver antes de su montaje como el Gato de Schrödinger, y es que sus admiradores pueden imaginarse y tener grandes expectativas, cada uno con una idea diferente, pero al levantar la caja ya solo hay una visión, y esta no es la del mítico director, y es que Welles se sentiría profanado si levantara la cabeza, detestaba que jugaran con sus obras, que las manoseasen de modo comercial, podría verse como un sacrilegio, como esos anuncios que juegan con la imagen de James Dean o Marylin Monroe. Que me quieran decir que esto es lo que hubiera hecho Welles es una aberración, al morir apenas había completado 41 minutos de metraje final, no dejó ninguna instrucción sobre cómo ordenar los 1.000 rollos de celuloide que había llegado a acumular, sabido es que solía completar sus películas en la sala de montaje, y que no se fiaba de nadie, por lo que esto hay que verlo como un experimento en el que se da a conocer una pseudo historia sobre el ocaso de un director, que intenta recaudar fondos para terminar una película, película onírica-silente claramente embebida de sátira sobre el pedante cine de Antonioni.
John Huston confirmó que la película fue fotografiada en un estilo muy poco convencional: "Es a través de estas cámaras que se cuenta la historia. Los cambios de uno a otro (color, blanco y negro, imágenes fijas y en movimiento) dieron lugar a una deslumbrante variedad de efectos". Agregó que la fotografía principal fue altamente improvisada, y que el guión se cumplió de forma flexible. En un momento, Welles le dijo: "John, solo lee las líneas u olvídalas y di lo que quieras. La idea es lo único que importa".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo que deja entrever este pseudo-film es la intención de Orson Welles de jugar con el meta-cine, con el reflejo de espejos entre realidad y ficción y viceversa, la estructura de un documental sobre el protagonista Hannaford (especie de referencia a su “Ciudadano Kane”), excusa por la constantemente vemos varias cámaras enfocando y cada una de ellas parece hacerlo de un modo anárquico-diferente, ello mientras este busca en una fiesta financiación para su próxima película inacabada (precisamente con el título de esta misma película “The other side of the wind”, donde hay una escena que recuerda a la mítica de los espejos de la también wellesiana “La dama de Shangai”) que proyectará a los invitados, no es más que juego perverso de cajas de matrioshkas, donde el guiño constante al espectador fluye permanentemente, en un desarrollo desorientador y confuso, que cuesta seguir por su ritmo extenuante. Ello en un desfile infinito de personajes, desde productores, empresarios, actores, viejas glorias hollywoodienses (Lilli Palmer como Zarah Valeska, diva retirada de la década de 1930, dueña del rancho que alberga la fiesta de Hannaford. Personaje estaba basado en la vieja amiga de Welles, Marlene Dietrich, a quien quería interpretar el papel; Dietrich no estaba disponible para la filmación. Aunque ella aparece junto a Strasberg y miembros de la "Hannaford Mafia" en varias escenas), periodistas, guionistas, críticos de cine (Susan Strasberg como Juliette Riche, una crítica de cine era una parodia apenas velada de Pauline Kael, con quien Welles estaba en disputa pública sobre su acusación [luego desacreditada] en el ensayo "Raising Kane" de que no escribió Citizen Kane), etcétera, algunos para soltar una frase y desaparecer (entre ellos muchos directores de cine, como Claude Chabrol, Paul Mazursky, Dennis Hopper, Henry Jaglom, y él que más importancia tiene, Peter Bogdanovich, con el que Hannaford/Welles mantiene una relación de cariño-burla). Pero donde ninguna actuación tiene entidad para ser calificada.
Se vislumbra entre híper-mega-electrizante montaje como Welles arremete con mordacidad contra Hollywood, contra su hedonismo, contra su superficialidad, contra su pretenciosidad, contra marketing, contra su estilo pomposo naif, contra su máquina trituradora en pos de echar a la basura lo viejo por ensalzar lo nuevo. Asimismo el creador de Wisconsin pretendía hacer una deconstrucción del macho americano, que él veía reflejada en su viejo amigo Ernest Hemingway (se suicidó el 2 de julio de 1961 a los 61 años), queriendo exponer que el excesivo machismo puede querer esconder cierta inseguridad sexual, es por ello que se sugiere subrepticiamente que el protagonista pueda esconder bajo su tutelaje artístico a su actor fetiche un deseo homoerótico.
En algún momento de 1974, alrededor de marzo: el productor Andrés Vicente Gómez abandona el proyecto después de supuestamente malversar $ 250,000 de su presupuesto y no haber contribuido con su tercio prometido del presupuesto.
Welles filmó 96 horas de imágenes en bruto (45 horas para las escenas de la fiesta y 51 horas para la película dentro de una película), incluidas varias tomas de las mismas escenas, nuevas tomas con diferentes miembros del elenco (Peter Bogdanovich sustituyendo a Rich Little )
Al final me queda un bosquejo interesante de lo que Welles quiso hacer, quedándome la duda de si en el tributo al creador OW no va implícito el agravio a alguien que detestaba que manipulasen sus creaciones. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/11/al-otro-lado-del-viento.html
Se vislumbra entre híper-mega-electrizante montaje como Welles arremete con mordacidad contra Hollywood, contra su hedonismo, contra su superficialidad, contra su pretenciosidad, contra marketing, contra su estilo pomposo naif, contra su máquina trituradora en pos de echar a la basura lo viejo por ensalzar lo nuevo. Asimismo el creador de Wisconsin pretendía hacer una deconstrucción del macho americano, que él veía reflejada en su viejo amigo Ernest Hemingway (se suicidó el 2 de julio de 1961 a los 61 años), queriendo exponer que el excesivo machismo puede querer esconder cierta inseguridad sexual, es por ello que se sugiere subrepticiamente que el protagonista pueda esconder bajo su tutelaje artístico a su actor fetiche un deseo homoerótico.
En algún momento de 1974, alrededor de marzo: el productor Andrés Vicente Gómez abandona el proyecto después de supuestamente malversar $ 250,000 de su presupuesto y no haber contribuido con su tercio prometido del presupuesto.
Welles filmó 96 horas de imágenes en bruto (45 horas para las escenas de la fiesta y 51 horas para la película dentro de una película), incluidas varias tomas de las mismas escenas, nuevas tomas con diferentes miembros del elenco (Peter Bogdanovich sustituyendo a Rich Little )
Al final me queda un bosquejo interesante de lo que Welles quiso hacer, quedándome la duda de si en el tributo al creador OW no va implícito el agravio a alguien que detestaba que manipulasen sus creaciones. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/11/al-otro-lado-del-viento.html