038/38(31/01/10) Tengo en Carlos Boyero mi crítico de referencia, suelo coincidir con su visión del cine, pero en este film caminamos por vías distintas. A mí no me conmovido, me ha dejado frío, me he que dado esperando ver la maestría por algún sitio, mi gozo en un pozo. Ese mensaje encubierto de que los niños de este pueblo serán los que apoyen a un demente austriaco 20 años después me parecen las predicciones de Nostradamus que a toro pasado los exégetas ven en sus escritos que él ya lo había predicho. En multitud de pueblos de multitud de países habría caciques terratenientes, niños retrasados acosados por los otros, educación estricta, religiosidad exacerbada, todos ellos con la habitual hipocresía soterrada en los hogares, y no salió un cabo con un bigotito para guiarnos a la autodestrucción, las causas fueron otras, no hay respuestas simples a problemas complejos, no caigamos en la puerilidad, se intenta que esta localidad sea el botón de muestra de la semilla del nazismo, cuando esto era algo que ocurría en todas partes, no hay nada especial que digamos esto solo sucedía en Alemania, Hitler salió por el Tratado de Versalles que asfixió al país, le despojó de su dignidad y esto fue el caldo de cultivo, no que en una aldea hubiera un puñado de niños que se pasaron con sus travesuras. No es que sea mala la cinta, ni mucho menos, es sólida, rígida, discurre lenta pero segura de lo que cuenta, con una violencia que no se muestra, todo son elipsis, la mayor violencia son sus duros diálogos, pero me he estado esperando todo el metraje a que ocurra algo que me sacudiera, que me sacara del tedio en el que estaba sumido por esta historia sobrevalorada, al final termina y me digo que donde estaba la Obra Maestra de la que tanto he leído, no me he dormido mientras la veía, me ha costado pero lo he conseguido, as i que esta no lo es, una vez la crítica especializada y yo vemos cosas distintas. Destacable es el virtuosismo de Haneke para la puesta en escena, planos de gran fuerza visual, con una portentosa fotografía en glorioso blanco y negro de Christian Berge, nominado al Oscar, elemento que ayuda de forma magistral a meterte en su dramática historia, lástima que esto no bastará para que el relato me calara, y la impresión que me dejará es que he visto ‘El pueblo de los malditos’ pasado por el prisma de un europeo con ínfulas moralizantes y es que siempre habrá exégetas de guardia que nos digan que un film ordinario es en realidad descomunal, me quedo con mi criterio. Ha sido nominada a mejor film de habla no inglesa junto con la colosal ‘El secreto de sus ojos’, por Campanella, que se haga justicia! Fuerza y honor!!!