168/06(10/09/18) Prometedora serie española creada por Álex Pina y producida por Atresmedia para su emisión en Antena 3, 15 episodios que en su arranque deja unas sensaciones notables, pero a medida que avanza se va emponzoñando más y más, va de muy más a muy menos, y es que es una pseudo-copia de la brillante heist “Inside Man” (2006) de Spike Lee, te atrapa en su dualidad presente y pasado que analiza lo que vemos, con varios personajes empáticos como “El Profesor” (este maravillosamente deelineado) y “Berlín”, situaciones inteligentes bien desarrolladas, evolucionando en especie de partida de ajedrez, una puesta en escena fenomenal, pero cuando la serie se aposenta en la Casa de Papel (La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre) cual sombra maligna cae sobre el argumento la sombra de la pestilente serie “Al salir de clase”, hasta ir fagocitando los guiones de mala manera en situaciones relleno que se mueve entre la astracanada, lo cursi y lo esperpéntico, esto supone que por el camino hay que darle patente de corso para saltarse cualquier atisbo de realismo, quizás es que se alarga demasiado y los guionistas deben comenzar a “regalarnos” sentimentaloides, pastelosas y penosas relaciones amorosas, para dar relleno al metraje, quizás es que no dan más de sí los escribanos, quizás es problema de nuestra industria catódica tener que colarnos romances nauseabundos en situaciones imposibles de tragar, esto repercute en que lo folletinesco devora a los recursos ingeniosos, la trama policía queda casi como algo al fondo del marco, acrecentada esta sensación artificiosa-comercial por la inclusión de secuencias gratuitas bien de sexo, o de cuerpos “vistosos” (en concreto me refiero al de la sensual Ursula Corberó, que la cámara cada vez que aparece parece que por imperativo celestial debe enseñarnos su sexy trasero; que para más inri es la chirriante narradora en off relata en flash-back los diferentes problemas y cómo afrontarlos durante el robo, siempre por delante contando probables situaciones con metáforas sagaces). Esto rebaja la tensión e intensidad, haciendo lo que ocurre en el interior del lugar con los ladrones se convierta en especie de reality Gran Hermano, donde las emociones se maximizan, y en apenas un par de conversaciones echas un “quiqui”. Punto aparte queda para los personajes y sus actuaciones, que con el transcurso de los episodios se autodestruyen, caen en múltiples incoherencias, salvándose pocos de la quema. Se suma una reiteración de situaciones que en mi provoca una especie de insulto a la inteligencia, ejemplo es la cantidad de veces que los personajes se apuntan con armas unos a otros, estilo Tarantino (tanto que un personaje nombra al director del mentón pronunciado), y por supuesto no pasa nada, o el modo idiota en que es tratada la policía, engañada una y otra vez cual niño de guardería, o la forma risible en que una y otra vez disparan a los atracadores y no les dan, yo si alguna vez me van a ejecutar pediré como última voluntad que me fusilen estos geos. Al menos se hace entretenida y amena, ello en una turbadora mezcla de buenas ideas y recursos idiotescos que irritan, ello deriva en que la he seguido viendo por morbo más que por calidad, quedándome la sensación final que hay una gran serie e incluso película tras este metraje, pero ello si se le hace un lifting pronunciado que extirpe los lastrantes michelines.
El canal Netflix adquirió los derechos de distribución de la serie posteriormente, motivo por el cual su audiencia se ha extendido hacia otros países, generalmente bajo el nombre de Money Heist, y con 22 capítulos en total, reorganizados del original. Es la serie de habla no inglesa más vista en la historia de Netflix. La plataforma ha confirmado la producción de nuevos episodios para el año 2019, en los que el creador y productor ejecutivo Álex Pina contará con la mayor parte del reparto.

Un thriller que te atrapa en su primer capítulo, hecho con frescura, con pericia, con ritmo trepidante, con misterio, con intensidad, con giros punzantes, te sigue gustando por algunas sorpresas que salpican los capítulos, lo de un grupo de atracadores enclaustrándose con rehenes en una fábrica de billetes oficiales es algo novedoso. Esto hace te involucres en los sueños de este grupo de buscavidas, de cómo podrán (si es que lo hacen) “cocinar” la plata y luego escapar, esto provoca intriga, sobre todo por el talento narrativo con que se gotea la información, por como “El Profesor” va dosificando el plan maestro, y con ello mantiene alerta a la audiencia ante la próxima sorpresa que nos tiene preparado.

Pero todos estos aciertos se ven saboteados por una invasión de melodramas amorosos rancios y siendo benévolos poco creíbles, añádanse algunos giros un tanto chirriantes y metidos a la fuerza (comercial), diálogos que parecen los descartes dela “gran” serie “Física y química”, donde al final te preguntas si estos atracadores sabían que iban a robar o creían iban de excursión juvenil fin de curso. Ello en un estiramiento acartonado de las situaciones, esto pataleado por lo sentimental, por momentos absurdos, ello en algo así como un bolso bonito de buena marca que comienzas a rellenarlo de cosas inútiles hasta que terminan por deshilacharse las costuras, y por algunos lugares revienta.

Las actuaciones en la mayoría de casos resultan entre histriónicas y malas; La actriz que encarna a la inspectora Murillo es horrible (siendo benévolo), de un comportamiento y aspavientos grotesco, tampoco ayuda lo desastrosamente que está escrito; Úrsula Corberó es la más conocida del reparto, espectacularmente bella, con ese look (supongo que nada casual) a lo “Nikita”, pero como interpretación es un horror, añádase que casi una de cada dos veces que aparece debe enseñar culo (que es un primor), esto solo acentúa su rol de “choni” insoportable, con un comportamiento de caprichosa que resulta imposible creerse que alguien tan cerebral como El Profesor la fichara;… (sigue en spoiler)