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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Aventuras. Fantástico. Comedia Cuatro adolescentes son absorbidos por un videojuego, en el que se convierten en avatares de personajes arquetípicos. Allí vivirán múltiples aventuras, al tiempo que buscan cómo salir de allí para volver a su mundo. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
79/02(04/04/18) Decepcionante secuela realizada 22 años después de la cinta de culto de 1995 (del irregular Joe Johnston), la nueva dirigida con el mando a distancia por Jake Kasdan (más conocido por ser hijo de Lawrence). La original tenía su miga en el tono de comedia oscura que era el caos que provocaban un puñado de animales de la jungla (leones, monos, elefantes, cocodrilos, mosquitos gigantes, rinocerontes y cebras, sumado a plantas carnívoras, monzones, un cazador temible, …) en un típico vecindario de la periferia en New Hampshire, demostrando unos buenos efectos visuales digitales, siendo uno de esos típicos productos placeres culpables, se potenciaba con la dicharachera presencia de Robin Williams, que tampoco daban más de sí, pero el encanto y frescura de algunos momentos de la primigenia aquí son un desierto de ideas, todo suena a sobado, tan de manual, tan de máquina de hacer churros que llega a poseer (y esto es imperdonable) tramos de tedio, y es que a pesar de ser un film de aventuras y acción se termina haciendo reiterativa, elemento que se acentúa al no haber chispa de tensión a lo largo de su (excesivo) metraje. La génesis de es una copia de “El club de los cinco” (1985) de John Hugues, es decir, un grupo de alumnos (de por supuesto diferentes caracteres) de un instituto (cambian los cinco por cuatro) que es castigado por diferentes motivos y deben cumplir su “penitencia” tras finalizar las clases, aquí son absorbidos por la actualización de la consola de videojuegos del juego de mesa Jumanji, aterrizando en la jungla (Hawái), la nota que pretende tener sustancia es que toman los avatares (el reclamo está en estos avatares encarnados por tres actores famosos: Dwayne Johnson, Jack Black, Kevin Hart, y hasta el ídolo de quinceañeras Nick Jonas) de un físico opuesto a sus (marcadas) personalidades, y con esto pretende provocar humor, pero este se siente tan rancio que resulta patético. Es un típico producto que pretende hablarnos (con trivialidad y torpeza) de aquello tan manido (y mucho mejor tratado en otras películas) de que la belleza está en el interior, o loar (de modo banal) la fuerza del compañerismo, la amistad el trabajo en equipo (repito, ramplonamente), y es que cuando encima pretende ser seria más la “caga”.

La cinta es una demostración de que una superproducción hollywoodiense sabe gastar muy bien su dinero en efectos especiales, un pretendido blockbuster puede tener a grandes estrellas (lo de actores es discutible) en su cartel, puede tener hermosos planos, en este caso delos parques naturales de Hawái, pero si se hace sin alma (esta película es epítome) y con el piloto automático puesto, sin tomar riesgo alguno, salen naderías insípidas como esta, donde lo previsible va en comunión con lo vulgar y ordinario, donde lo superficial se da la mano con lo olvidable, donde el ansiado producto familiar se une con lo mediocre.

La mezcla entre el humor y aventura (anheladamente “Indianajonesca”) se queda en un quiero y no puedo. El humor remanece del (manido cliché) mencionado contraste entre los físicos en el mundo real que marcan las personalidades, y de cómo en el mundo paralelo del videojuego sus cuerpos el escuchimizado nerd (Alex Wolf encarnando a Spencer) se convierte en el híper-musculado Dwayne Johnson (encarnando a Dr. Smolder Bravestone), la choni (Madison Iseman encarnando a Bethany) toma el cuerpo del orondo y desaliñado Jack Black (encarnando a Shelly Oberon), acentuando no solo la diferencia de belleza, si no de sexo (que ingenioso, ataque de cinismo), la rata de biblioteca (Morgan Turner encarnando a Martha) toma el físico de una sensual pseudo-Lara Croft (Karen Gillian como Ruby Roundhouse, esta al menos tiene los momentos más recordables en sus peleas al ritmo de la versión reggae de Big Mountain de "Baby, I Love Your Way") y el engreído petulante estrella del deporte (Ser'Darius Blain encarnado a Anthony "Fridge" Johnson) se transforma en el pequeño Kevin Hart (encarnando a Franklin "Mouse" Finbar). Y con esta premisa loca y pocas veces vista en cine (ataque de cinismo) se manejan algunos gags que se mueven entre lo naif y lo ridículo (lo del modo de que la choni enseñe a la rata de biblioteca a ser sexy es penoso), todo esto aderezado por una falta de química entre ellos digna de estudio en la Academia de Actores Chuck Norris. Mencionar las actuaciones puede ser denigrante, así que hoy me siento magnánimo y obviaré comentar las grises (adjetivo ya de por sí compasivo) interpretaciones. Ah, sumemos un villano de pandereta (encarnado por un desaprovechado Bobby Cannavale), y que en su tramo final aparece Nick Jonas (Jonas Brothers) tomándose demasiado solemnemente su rol. Añádase un guión escrito por cuatro tipos (mejor respetar por su bien el anonimato) que demuestran que o son nulos o están muy cerca, pero todos tienen derecho a poder pagar sus hipotecas. Y es que el argumento está surcado por situaciones faltas de una mínima intensidad, adolece de humor mínimamente ingenioso, está falto de diálogos mínimamente salvables, con un desarrollo que se pierde en explicaciones reiterativas, inseguro de que su público tenga mínimas neuronas, y lo que aparece por contrario es la sensación de eternizarse su duración.

Es un film aséptico, incoloro, inane, con un envoltorio bonito en su puesta en escena, pero vacío de contenido, paradójicamente un videojuego toma vida en una película falta de ella. Es que resulta que la única moraleja que sonsaco es aquella en que la choni que (en la vida real) parece salida de Mujeres Hombres y Viceversa, da una lección pedagógica (ataque de cinismo), y es que viene a decir (a Karen Gillian) que se un zorrón verbenero y todo te irá mejor, muy educativo para un film familiar. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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