244/04(03/08/20) Más que interesante drama danés escrito por Anders Thomas Jensen y dirigida por Susanne Bier, que ganó el Golden Globe a la Mejor Película en Lengua Extranjera, así como el premio a la Mejor Película en Lengua Extranjera en los Oscar. La directora teje un relato incisivo sobre la testosterona masculina, esa que pide venganza, responder a la violencia con más violencia, hablándonos de la ira, de si el ser manso es cobardía o civilizado, si el no responder a las ofensas es perder la dignidad o es lo contrario. Además de soslayo se abordan las complicadas relaciones paterno-filiales en familias disfuncionales (uno de los protagonistas es huérfano de madre y otro tiene inmersos a sus padres en una separación), se habla del bulying (acoso escolar), de mamar la violencia desde niños, sobre la pérdida de referentes de los hijos. Ello en un desarrollo que al espectador le hace sentir dilemas morales sobre la final línea que hay entre el Bien y el Mal, ejemplo es si está bien curar a un malvado o no? Ello en un desarrollo dual por los escenarios, abordando el tema de la violencia como respuesta entre lo micro de una sociedad acomodada burguesa en Dinamarca, y lo macro de del entorno salvaje en un campamento en África, con Señores de la Guerra de por medio. Tiene entre sus alicientes unas estupendas actuaciones de los chicos William Jøhnk Nielsen y Markus Rygaard, motor emocional de la película, también de Mikael Persbrandt como el ‘manso’ doctor. El título en español resulta una tomadura de pelo al original, pues traducido es “Venganza” y aquí le han puesto “En un mundo mejor” (¿?).

Sus peros están en que se nota demasiado moralizante, se siente una fábula prefabricada para que cuando termine te sientes reconfortado, pues además su conclusión me resulta muy acomodaticia y poco valiente. Hay un buenismo flotando en el ambiente que hace que todo huela a políticamente correcto, donde cada personaje es un cliché para su mensaje moldeado, con además una relación de matrimonio resuelta de modo plano.

La película hace claros paralelos entre la violencia atávica de un señor de la Guerra en África que abre a mujeres embarazadas por el gusto de una apuesta sobre el sexo y la violencia en la burguesa Dinamarca, con un abusón de colegio y un pendenciero mecánico que responde a todo a guantazos, haciéndonos ver que la violencia no es solo patrimonio de un lugar u otro, está presente en todas partes, el problema es cómo responder a ella. Si con odio y vendetta, o poner la otra mejilla. Para ello se nos plantea el tema desde un punto de vista más puro como el de unos niños a los que aun la personalidad les está por formar, está el hijo del doctor, Elias (Markus Rygaard), un introvertido chaval que vejan en el colegio ante su pasividad temerosa. Encuentra en el reciente huérfano de madre, Christian (William Jøhnk Nielsen), su contrapunto, un joven impulsivo, violento, seguro de sí mismo en sus decisiones, comenzando los dos una relación tóxica en su evolución, hasta desembocar en un rush final tremebundo. En lo que resulta una lección un tanto facilona, pero estimable en su recorrido por el duelo entre idealismo vs atavismo.