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Voto de TOM REGAN:
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Western
Un sheriff sediento de notoriedad (Kirk Douglas) no se limita a perseguir y capturar fugitivos, sino que siempre procura tener un fotógrafo cerca que dé testimonio de su lucha contra el crimen y le ayude en sus aspiraciones políticas. Pero cuando se enfrenta al desafío de atrapar a un frío y astuto ladrón (Bruce Dern), entonces comprenderá que la fama puede ser algo muy volátil (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
189/38(28/06/20) Pretencioso western dirigido y protagonizado por Kirk Douglas (y producido por su compañía Bryna), que se puso por segunda (tras la decepcionante “Scalawag” de 1973) y última vez detrás de las cámaras, demostrando que lo suyo no era eso, ejemplo es su simpleza visual. Un film con guión de William Roberts (“Los 7 Magníficos”) y Christopher Knopf, demasiado dependiente del contexto y la ideología liberal (como se entiende en USA) de Kirk, estrenándose solo un año después del escándalo del Watergate que dio con la dimisión de Richard Nixon de la presidencia. Es por ello que aquí Douglas arremete contra los políticos populistas y oportunistas que manipulan a la gente para alcanzar sus objetivos (en este caso un Marshall, Howard Nightingale), pero esto lo hace en un tono muy esquemático, con recursos simplistas donde compara a los políticos de hace más de un siglo con los de los setenta, y que por supuesto no distan de los de hoy día 45 años después, especialistas en discursos vacíos de contenido en los que dicen combatirán el crimen, que aprovechan los medios de propaganda (entonces las fotos y los periódicos) en su beneficio, donde la detención de un peligro público (Jack Strawhorn, ladrón de trenes) puede ser la catapulta al éxito (en este caso llegar a Senador). El director juega a revertir las apariencias, donde los agentes de la ley resultan unos sanguinarios perseguidores, y los ladrones tipos simpáticos e inteligentes con sus propios códigos de honor, esto recuerda bastante a la muy (pero muy es decir poco) mejor “Grupo Salvaje” (1969), pareciendo esta una copia telefiminesca de ella, cruzada con efluvios de “Solo ante el peligro” (1952), por lo del pueblo de cobardes que nunca ayudan a defender la ley, y donde se nos quiere mostrar (de modo chusco) la fina línea que separa el Bien del mal. Pero este acercamiento a la amoralidad de defender la ley a través de la licencia total para ejercer la violencia me resulta más cojo que James Stacy, en una historia embarullada, donde Douglas intenta vocear su mensaje, y por el camino se olvida que tendría que dar alma y fondo a su película, poblando los fotogramas de personajes acartonados, donde no tiene desarrollo y se comportan mediante el imperativo del guión, donde pareciera que el director hiciera un grito anarquista al atacar con tanta saña a los que deben defender la ley, caricaturizándolos de modo bufo en un tramo final que resulta atropellado, inverosímil, donde los personajes dan giros que son un insulto a la inteligencia.
Pero Douglas comete un gran pecado, y es que pese a no llegar a hora y media su película, llega a hacerse inane, con unas escenas de acción pobres, solo medio destacable la de la huida en el tren, ello coronado con un rush final penoso. Derivando todo esto en un film pasable. En la primera parte hay una persecución del Marshall a un grupo de salteadores de tren. Tramo insulso en su simplicidad y violencia exagerada; La segunda parte es todo el bombo y platillo que se da el Marshall por una medalla que se cuelga en la detención de un famoso ladrón. Llena de clichés, que llega a hacerse reiterativo y donde nada te sorprende, si acaso la inquina sin sentido que el periodista local Harold Hellman le tiene al Marshall. Por cierto este rol encarnado por James Stacy, le falta una mano y una pierna, se supone perdió en la Guerra Civil USA (en realidad la perdió en un accidente de motocicleta el actor), siendo en este caso una alegoría clara estas mutilaciones de la Guerra del Vietnam; La tercera parte es la huida del ladrón, convirtiendo la historia en un clásico juegos del gato y el ratón, con ideas estúpidas de por medio; No todo es malo y la pareja de antagonistas Kirk Douglas y Bruce Dern tiene buena química en su doppelganger de roles.
Kirk Douglas cumple en su rol de Marshall maquiavélico, demostrando su poderío actoral, aunque algo restringido; La sorpresa es un Bruce Dern como el carismático asalta-trenes, destila empatía e ingenio. Aunque no le ayuda la chaqueta texana que canta es actual; Resto de secundarios resultan de muy poco peso dramático, ejemplo son los miembros de la banda, sin carácter propio alguno, si acaso el indio que hace veamos el racismo imperante entonces.
Pero Douglas comete un gran pecado, y es que pese a no llegar a hora y media su película, llega a hacerse inane, con unas escenas de acción pobres, solo medio destacable la de la huida en el tren, ello coronado con un rush final penoso. Derivando todo esto en un film pasable. En la primera parte hay una persecución del Marshall a un grupo de salteadores de tren. Tramo insulso en su simplicidad y violencia exagerada; La segunda parte es todo el bombo y platillo que se da el Marshall por una medalla que se cuelga en la detención de un famoso ladrón. Llena de clichés, que llega a hacerse reiterativo y donde nada te sorprende, si acaso la inquina sin sentido que el periodista local Harold Hellman le tiene al Marshall. Por cierto este rol encarnado por James Stacy, le falta una mano y una pierna, se supone perdió en la Guerra Civil USA (en realidad la perdió en un accidente de motocicleta el actor), siendo en este caso una alegoría clara estas mutilaciones de la Guerra del Vietnam; La tercera parte es la huida del ladrón, convirtiendo la historia en un clásico juegos del gato y el ratón, con ideas estúpidas de por medio; No todo es malo y la pareja de antagonistas Kirk Douglas y Bruce Dern tiene buena química en su doppelganger de roles.
Kirk Douglas cumple en su rol de Marshall maquiavélico, demostrando su poderío actoral, aunque algo restringido; La sorpresa es un Bruce Dern como el carismático asalta-trenes, destila empatía e ingenio. Aunque no le ayuda la chaqueta texana que canta es actual; Resto de secundarios resultan de muy poco peso dramático, ejemplo son los miembros de la banda, sin carácter propio alguno, si acaso el indio que hace veamos el racismo imperante entonces.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La estrategia de Strawhorn tras escapar del tren y volver con el Marshall al pueblo a atrincherarse, para luego pedir un rescate de 40,000 $ a su banda, resulta grotesca. No tiene ni pies ni cabeza que no huya lo más lejos posible teniendo un tren nada menos. Pero es que riza el rizo cuando al pedir el botín la banda lo que hace es asaltar todos los comercios del pueblo de modo salvaje, un despropósito que los coloca como viles ladrones, ello sin pensárselo, sin tener dilemas morales, simplemente se lo pide su jefe y asaltan el pueblo. Pero el triple salto mortal se queda corto con lo que viene después, pues Strawhorn decide darles el dinero para que se lo repartan y con ese gesto se ha ganado el corazón de la banda y se unen a él. Pero esto es tomarnos por idiotas, pues el grupo cruza del lado de la ley al de los proscritos porque les da el dinero que ellos ya tenían (¿?). No hay por dónde cogerlo. Todo un esbozo de como Douglas pretende hacernos ver que los que nos protegen no lo hacen por nuestro bien precisamente, pero expuesto de este zafio modo me queda muy infantiloide.
Me queda un western que aspira a mucho de lo que da, recomendable a los incondicionales de Kirk Douglas (entre los que me cuento). Fuerza y honor!!!
Me queda un western que aspira a mucho de lo que da, recomendable a los incondicionales de Kirk Douglas (entre los que me cuento). Fuerza y honor!!!