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Voto de TOM REGAN:
7
2014
6,4
3.296
Animación. Comedia. Infantil
Estamos en el año 50 A.C. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y detienen siempre al invasor. Exasperado por la situación, Julio César decide cambiar de táctica: como sus ejércitos han sido incapaces de imponerse por la fuerza, será la misma civilización romana la que se encargará de seducir a los bárbaros galos. Para ello, ordenará construir al lado de la ... [+]
16 de abril de 2019
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58/05(10/04/19) Muy divertida nueva adaptación de las aventuras de estos héroes galos (la XIII) que se resisten a ser conquistados por el Imperio de Roma de Julio Cesar. Tras veinte años desde la última versión en dibujos 2D con “Asterix en América”, se sucedieron varias (malas) en carne y hueso, y ahora han vuelto a la animación, esta vez por ordenador en 3D, guardando gran fidelidad a los personajes de los comics creados por René Goscinny y Albert Uderzo en 1959, con gran mimo al detalle, haciéndonos sumergir en un relato ágil, con un argumento con destila jocosas situaciones, que gustará tanto los pequeños como a los adultos, ello por su hábil mezcla de momentos coloridos de humor infantil y a los mayores por su mordacidad en la crítica social al capitalismo, al colonialismo social, al ecologismo, al turismo, a las jerarquías, a la especulación inmobiliaria, a la codicia, a los derechos de los trabajadores, e incluso al pressing catch (esa desternillante parodia que se hace de las luchas de gladiadores). Dirige Alexandre Astier (guioniza) junto Louis Clichy (también crea diálogos adicionales), notándose de este último que ha trabajado para Pixar en las maravillosas “Wall•E” y “Up” y se nota en lo bien caracterizados que están los roles, transmitiendo emociones, y con unos fondos mucho mejor trabajados en que las 2D. Todo en medio de una narración fluida, con diálogos afilados, con dobles sentidos, y por supuesto con las clásicas peleas en base a puñetazos, golpes, caídas, un film para toda la familia que sin ser trascendente, consigue hacerte pasar un rato ameno, donde incluso hay espacio para parodias cinéfilas que harán las delicias de los adultos. “La residencia de los dioses” es una historieta de Astérix el Galo, publicada a partir del número 591 de la revista Pilote, el 4 de marzo de 1971 en Francia, publicada en forma de libro ese mismo año, con una tirada de 1.100.000 ejemplares, aventura número 17 del galo.
“Al igual que todo personaje emblemático, este dúo ha tenido que enfrentarse a producciones de todo tipo: videojuegos, películas de animación, películas de carne y hueso… y todo con irregulares resultados, aunque por lo general cuando han sido trasladados a la alegría de los dibujos animados lo han hecho con productos correctos y satisfactorios. Entre ellos, los más aclamados fueron sin duda ‘Las doce pruebas’ y ‘Astérix y Cleopatra’, curiosamente los únicos trabajos que realizaron los propios creadores y que, por ende, fueron fieles a sus correspondientes fuentes. Por eso sorprende para bien que después de 48 años de la primera adaptación al cine, dos directores ajenos a la creación como Louis Clichy y Alexandre Astier muestren un respeto proverbial al cómic y que adapten uno de sus mejores números de manera tan eficaz, cálida y casi literal a la pantalla.”
La historia comienza con la clásica lucha entre Roma y la aldea de indestructibles galos allá por el 50 a.C, en la que, esta vez, Julio César pretende acabar con ellos intentando llevar la civilización a la zona limítrofe con la aldea mediante una residencia de lujo, en un conato de persuadir a los peleones galos de que “se puede vivir mejor”. Si con soldados no puedes, usa civiles. Y aquello se empieza a llenar de ciudadanos romanos que, cual sociedad de consumo, empiezan a envenenar sin proponérselo las vidas de los sencillos habitantes galos, hasta formarse entre ellos dos bandos: los que quieren formar parte de ello, y los que luchan por recuperar su antigua vida.
Visualmente la cinta rezuma gran mimo al detalle, desplegando un sinfín de gags de todo tipo, desde el slapstick, el de diálogos, el de parodias, el de guiños a la cultura popular, el de los dobles sentidos, ello componiendo personajes bien delineados en sus debilidades y virtudes. Poniéndonos frente al espejo de nuestro mundo actual cuando se critica (con fidelidad a la fuente del comic de donde procede) la hipocresía superficial en la que vivimos, las manipulaciones publicitarias a las que somos sometidos cual borregos, como los gobernantes nos manosean en su espurio beneficio, atacan la fiebre consumista, o el abuso de las autoridades. Todo narrado en un tono ligero, solo busca disfrute y algunas sonrisas, cosa que alcanza, ayudados por un ritmo ágil, situaciones imaginativas, donde la ironía y el cinismo sirven como motor para hacernos pasar un rato ameno.
De la imaginación de los guionistas es ejemplo la subtrama sobre un grupo de esclavos africanos, los que son trabajadores forzados a construir los edificios del complejo inmobiliario, en lo que resulta una sátira punzante sobre los sindicatos obreros, sobre sus posturas asamblearias, sobre su modo de comportarse en sus peticiones, sus virajes, el modo peculiar (culto-comunista) de expresarse de su líder Duplicatha, como en realidad a lo que aspiran es a ser unos burgueses más; Esta fiebre comunista puede entroncar también con las tropas de legiones que también se mueven de modo asambleario en sus decisiones, saltándose las jerarquías; Esto otorga un tono de juego de espejos que proyecta hacia nuestro presente este submundo asambleario en que todas las decisiones deben ser mancomunadas, creando situaciones esperpénticas.
Siendo puristas se le puede reprochar a la película que se vanagloria del no mestizaje, de que lo bueno es mantenerse no contaminados por extranjeros, no verse salpicados por el turismo tóxico. En lo que se puede ver como un ataque a la globalización, y esto me da grima en su mensaje provinciano-cerril.
“Al igual que todo personaje emblemático, este dúo ha tenido que enfrentarse a producciones de todo tipo: videojuegos, películas de animación, películas de carne y hueso… y todo con irregulares resultados, aunque por lo general cuando han sido trasladados a la alegría de los dibujos animados lo han hecho con productos correctos y satisfactorios. Entre ellos, los más aclamados fueron sin duda ‘Las doce pruebas’ y ‘Astérix y Cleopatra’, curiosamente los únicos trabajos que realizaron los propios creadores y que, por ende, fueron fieles a sus correspondientes fuentes. Por eso sorprende para bien que después de 48 años de la primera adaptación al cine, dos directores ajenos a la creación como Louis Clichy y Alexandre Astier muestren un respeto proverbial al cómic y que adapten uno de sus mejores números de manera tan eficaz, cálida y casi literal a la pantalla.”
La historia comienza con la clásica lucha entre Roma y la aldea de indestructibles galos allá por el 50 a.C, en la que, esta vez, Julio César pretende acabar con ellos intentando llevar la civilización a la zona limítrofe con la aldea mediante una residencia de lujo, en un conato de persuadir a los peleones galos de que “se puede vivir mejor”. Si con soldados no puedes, usa civiles. Y aquello se empieza a llenar de ciudadanos romanos que, cual sociedad de consumo, empiezan a envenenar sin proponérselo las vidas de los sencillos habitantes galos, hasta formarse entre ellos dos bandos: los que quieren formar parte de ello, y los que luchan por recuperar su antigua vida.
Visualmente la cinta rezuma gran mimo al detalle, desplegando un sinfín de gags de todo tipo, desde el slapstick, el de diálogos, el de parodias, el de guiños a la cultura popular, el de los dobles sentidos, ello componiendo personajes bien delineados en sus debilidades y virtudes. Poniéndonos frente al espejo de nuestro mundo actual cuando se critica (con fidelidad a la fuente del comic de donde procede) la hipocresía superficial en la que vivimos, las manipulaciones publicitarias a las que somos sometidos cual borregos, como los gobernantes nos manosean en su espurio beneficio, atacan la fiebre consumista, o el abuso de las autoridades. Todo narrado en un tono ligero, solo busca disfrute y algunas sonrisas, cosa que alcanza, ayudados por un ritmo ágil, situaciones imaginativas, donde la ironía y el cinismo sirven como motor para hacernos pasar un rato ameno.
De la imaginación de los guionistas es ejemplo la subtrama sobre un grupo de esclavos africanos, los que son trabajadores forzados a construir los edificios del complejo inmobiliario, en lo que resulta una sátira punzante sobre los sindicatos obreros, sobre sus posturas asamblearias, sobre su modo de comportarse en sus peticiones, sus virajes, el modo peculiar (culto-comunista) de expresarse de su líder Duplicatha, como en realidad a lo que aspiran es a ser unos burgueses más; Esta fiebre comunista puede entroncar también con las tropas de legiones que también se mueven de modo asambleario en sus decisiones, saltándose las jerarquías; Esto otorga un tono de juego de espejos que proyecta hacia nuestro presente este submundo asambleario en que todas las decisiones deben ser mancomunadas, creando situaciones esperpénticas.
Siendo puristas se le puede reprochar a la película que se vanagloria del no mestizaje, de que lo bueno es mantenerse no contaminados por extranjeros, no verse salpicados por el turismo tóxico. En lo que se puede ver como un ataque a la globalización, y esto me da grima en su mensaje provinciano-cerril.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
De los clásicos personajes de la aldea ya sabemos de sus dicharacheras personalidades pendencieras, el arrogante “alcalde” que se achica frente a su mandona esposa, la enemistad entre el herrero y el pescador, la tirria que le tienen todos al juglar, la inteligencia de Asterix, el bonachón de Obelix; en el otro lado están los antagonistas, como el arquitecto narcisista Anguloagudus, el sibilino senador Prospectus, todo un artista de la manipulación, y sobre todo el majestuoso y altivo Julio Cesar, dejando la alteración de su mítica frase “Vini, vindi, y no vinci”, excelente como los directores lo manejan de símbolo de la opresión de Roma, ejemplificado cuando Asterix está en el suelo lamentándose de su sino, y una sombra lo cubre, es Julio Cesar (genial).
La puesta en escena como ya he comentado resulta muy dinámica, cromática, y llamativa de ver, con escenarios que desbordan fluidez y veracidad. La música instrumental de Philippe Rombi (“En la casa” o “Feliz Navidad”) aporta niveles de distensión alegre, sumando el tema pop “Sarà perchè ti amo” (1981) del grupo Richie e Poveri, que introduce de forma ingeniosa para exponer como los rebeldes galos se han acomodado a la vida burguesa romana.
El Dominio de los dioses hace referencias a películas, series o incluso personajes históricos como: Ratatouille, en una escena Apeldjus guía a Obélix tirando de él hacia sus esteras, como hace la rata Rémy con el joven cocinero Linguini en la película animada Pixar Studios; La Vida de Brian, por el estilo del título de la película que se parece al de la película de Monty Python; King Kong, por cuando Obelix se sube al edificio, lanzando un rugido de bestia y sosteniendo un pastel, como hizo el gigantesco mono King Kong escalando el Empire State Building en la película de aventuras estadounidense de 1933, sosteniendo a la bella Fay Wray; El Señor de los Anillos, esto porque durante la batalla entre legionarios y galos en el edificio, Panoramix defiende el caldero mágico contra varios legionarios romanos y grita báculo en mano "No pasarán! Referencia a una escena de la novela de JRR Tolkien El Señor de los Anillos, donde el mago Gandalf se enfrenta a un demonio gigante (Balrog), de este modo; Camelot, cuando Humerus dice "No está mal", es referencia a la famosa frase de Perceval en la serie. Perceval es interpretado por Franck Pitiot, quien también es el actor a cargo de doblar la voz de Humerus;
“Me puedes decir para qué sirven los romanos si no podemos atizarlos?” (Obelix)
“Yo salí de Roma dejando a una mujer embarazada, y ahora soy abuelo…” (un legionario)
Me queda una cinta muy disfrutable, de las que te retrotraen a la niñez, ya demás deja un subtexto crítico de reflexión estimable. Fuerza y honor!!!
La puesta en escena como ya he comentado resulta muy dinámica, cromática, y llamativa de ver, con escenarios que desbordan fluidez y veracidad. La música instrumental de Philippe Rombi (“En la casa” o “Feliz Navidad”) aporta niveles de distensión alegre, sumando el tema pop “Sarà perchè ti amo” (1981) del grupo Richie e Poveri, que introduce de forma ingeniosa para exponer como los rebeldes galos se han acomodado a la vida burguesa romana.
El Dominio de los dioses hace referencias a películas, series o incluso personajes históricos como: Ratatouille, en una escena Apeldjus guía a Obélix tirando de él hacia sus esteras, como hace la rata Rémy con el joven cocinero Linguini en la película animada Pixar Studios; La Vida de Brian, por el estilo del título de la película que se parece al de la película de Monty Python; King Kong, por cuando Obelix se sube al edificio, lanzando un rugido de bestia y sosteniendo un pastel, como hizo el gigantesco mono King Kong escalando el Empire State Building en la película de aventuras estadounidense de 1933, sosteniendo a la bella Fay Wray; El Señor de los Anillos, esto porque durante la batalla entre legionarios y galos en el edificio, Panoramix defiende el caldero mágico contra varios legionarios romanos y grita báculo en mano "No pasarán! Referencia a una escena de la novela de JRR Tolkien El Señor de los Anillos, donde el mago Gandalf se enfrenta a un demonio gigante (Balrog), de este modo; Camelot, cuando Humerus dice "No está mal", es referencia a la famosa frase de Perceval en la serie. Perceval es interpretado por Franck Pitiot, quien también es el actor a cargo de doblar la voz de Humerus;
“Me puedes decir para qué sirven los romanos si no podemos atizarlos?” (Obelix)
“Yo salí de Roma dejando a una mujer embarazada, y ahora soy abuelo…” (un legionario)
Me queda una cinta muy disfrutable, de las que te retrotraen a la niñez, ya demás deja un subtexto crítico de reflexión estimable. Fuerza y honor!!!