296/06(09/12/10) Este es el montaje final del director Dylan Avery, sobre una serie de incendiarios documentales estrenados entre 2005 y 2009, en los que se realiza una provocadora teoría por la cual los famosos atentados del 11-S fueron planeados y perpetrados por el gobierno de los Estados Unidos, eso sí, sin una sola prueba sólida, únicamente apoyándose en meros artificios circunstanciales, pero lo que si consigue es instalarte la duda en lo que nos han contado por su magnífica poder de convicción, a la cabeza del complot estarían los ‘maléficos halcones’ Donald Runsfeld, Dick Cheney, Paul Wolfowitz, Condoleezza Rice y por supuesto George Bush. Estamos en la era de los medios de comunicación, en el que cualquiera se cree capacitado para lanzar su mensaje, existe tal saturación de información, que muchas veces unas se contradicen a otras transmitiendo la confusión más absoluta. Este trabajo es un documento filmado de poderoso poder de fascinación, con un ritmo narrativo ágil, que consigue enredarte en sus corrosivas redes, contado a ritmo de hip-hop, dotado de una muy pedagógica infografía por el que vemos imágenes de los atentados así como entrevistas a testigos y técnicos, como videos de noticiarios, esos elementos sirven para montar una teoría que como poco es polémica, en ella se nos viene a decir que el gobierno de los USA montó esta catástrofe terrorista para tener excusa para lanzar una Guerra contra el terrorismo que arrastraría al mundo a una espiral con dos guerras una en Afganistan y la otra aún más controvertida contra Irak, de la que por supuesto todos las personas nombradas al principio junto con sus amigos resultarían beneficiados, incluso se cuenta en esta controvertida hipótesis que el tercer edificio que cayó en la Zona 0. La cinta está estructurada en capítulos mediante los cuales se analizan todos los componentes de este rompecabezas, y en cada uno desde destripan ‘supuestamente’ los agujeros de de la versión oficial, empezando por quienes eran los secuestradores, este segmento me recordó a otra teoría conspiratoria, la del asesinato de Kennedy y como su asesino oficial, Lee Harvey Oswald, que en el ejército era un mediocre disparando y que para matar al presidente ‘demostró’ ser un francotirador colosal, y aquí se dice que uno de los pilotos era un penoso piloto de avión y sin embargo supo maniobrar magníficamente para el atentado. En otro punto se analizan los prolegómenos que antecedieron a la hecatombe, las conexiones entre los secuestradores, Pakistán y como se financiaron y aprendieron a pilotar en suelo americano. El siguiente episodio se centra en otro de los crímenes puestos en duda el del Pentágono, se pone en entredicho que un Boeing se hubiera incrustado en el famoso edificio, entre otras cosas se apoyan en el hecho de que no hay imágenes concluyentes del hecho, el gobierno las confiscó y que apenas se encontraron restos del aparato, se especula con que fuera una avión de combate.