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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama Cecilia (Ingrid Thulin) sufre una hemorragia interna cuando sólo lleva tres meses de embarazo. En la habitación del hospital conoce a Stina (Eva Dahlbeck), cuyo bebé nacerá con retraso, y a Hjördis (Bibi Andersson), que espera un hijo ilegítimo y ha intentado abortar. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
162/23(30/11/18) Sugerente drama sueco realizado por el afamado Ingmar Bergman, guión escrito por Ula Isakson (“El manantial de la doncella”), y revisado minuciosamente por Bergman, basándose en un relato propio de la escritora, siendo el centro absoluto cuasi-teatral la sala de maternidad de un hospital sueco durante 24 horas, donde tres mujeres se encuentran a las puertas de dar a luz, pero tienen enfoques psicológicos distintos, y con ello haciendo un canto a la mujer y a su libertad individual, desde una mujer en un matrimonio en descomposición, otra casada felizmente, y una madre soltera que no desea al bebe. Como es habitual en Bergman hace un retrato cálido y profundo de la naturaleza íntima de la mujer, donde con estilo de lo que el definió como “cine de cámara”, o sea con pocos actores y en un espacio reducido, haciendo una reflexión de hondura sobre la vida, la muerte, sobre los temores, las dudas, sobre el amor, las frustraciones, la felicidad, la angustia, y sobre todo acerca de la maternidad, el aborto, los hijos no deseados y los anhelados. Un relato intimista de interiores donde sobresalen las actuaciones brillantes del trío de protagonistas, Eva Dahlbeck, Ingrid Thulin y Bibi Andersson, derrochando mesura y rabia con enorme medida del dramatismo, ayudados por lo sobrio de la ambientación frugal, con fondos diáfanos de paredes blancas (color de la vida) desnudas, desprendiendo una sensación claustrofóbica que oprime. Bergman ganó el Premio al Mejor Director y Andersson, Dahlbeck, Ornäs y Thulin ganaron ex ecuo el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cine de Cannes de 1958.

El argumento: Un día de la vida de tres mujeres de diferentes orígenes en una sala de maternidad de Estocolmo. Las tres prenatales representan tres enfoques de la maternidad: Uno es joven, emancipado, Hjördis Petterson (Bibi Adersson), ha huido de su familia y no quiere quedarse con el niño. La actriz da vigor y esplendor a sus miedos, dubitaciones, ansiedad, inquietud, desazón, es el reflejo de la repulsión a la maternidad, que la ve como un reflejo de su fracaso en el amor, que solo le lleva al vacío existencial que la hace auto-marginarse, mantiene por teléfono una conversación (hábilmente Bergman hace no escuchemos al interlocutor); Cécilia Ellius (Ingrid Thulin), está a punto de anunciar a que quiere separarse a su esposo Anders (buen Erland Josephson), está alienada de un matrimonio hastiado. Thulin da vida con marcada intensidad a una embarazada tan casada como cansada, agobiada por un entorno que entiende frío, empezando por su gélido marido, tiene tres grandes momentos, uno cuando arremte contra su pusilánime esposo, otro en un vibrante monólogo sobre las dudas de su incipiente maternidad, y la última en la intensa conversación con su cuñada (Inga Landgré); Stina Andersson (Eva Dahlbeck), locamente enamorada de su marido (Max Von Sydow), espera con impaciencia la llegada de su hijo. Representa la felicidad entusiasta y pura ante el acontecimiento. Eva la actúa con de modo conmovedor, desbordando ternura y empatía, tanta dulzura se ve amenazada por una nube negra que vemos cernirse sobre su entusiasmo; Ellas compartirán sus alegrías, sus inseguridades, se apoyarán mutuamente antes de este momento importante que les espera y donde la vida cambia, en lo que es un retrato punzante psicológico poliédrico de ese crucial momento en que se da el milagro de la vida.

Bergman demuestra inteligencia y sutileza desde el inicio, comienza con los créditos sobre un vidrio esmerilado donde el sonido de sirenas de ambulancias y de instrumental de cirujanos, hasta que se abre la puerta y entramos con una parturienta en la sal de maternidad, el blanco lo inunda todo (paredes, batas de médicos y enfermeras, sábanas de camas,…), la antesala de nuevas vidas; Hay simbología incisiva como la metáfora que precede a un aborto cuando vemos una muñeca caída en el suelo; Tiene el realizador enorme valentía mostrando un parto, lo hace de modo crudo y muy realista, escena por la que tuvo problemas de censura en algunos países.

Cuando se estrenó por primera vez en Italia en 1960, el Comité para la Revisión Teatral del Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales de Italia lo calificó como VM16: no es adecuado para niños menores de 16 años. Impuso la eliminación de la escena en la que Stina está sufriendo debido al parto. La razón de la restricción de edad y la eliminación de la escena citada en los documentos oficiales es que la película no era adecuada para la moral sexual de un menor en la sociedad italiana, y se consideró que la escena era impactante.

Sin ser redonda, pues tiene pese a su corta duración algunos altibajos, le falta solidez, pero deja buen poso, sin ser sensiblera, con momentos emocionantes, que llegan en sus mejores picos a conmover, sobre todo por unas actuaciones femeninas entrañables en su autenticidad, transmitiendo ese mundo convulso intrínseco a la mujer. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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