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Voto de TOM REGAN:
6
6,7
31.293
Drama
Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia y adolescencia, que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo intentando sobrevivir en diferentes situaciones. Durante todo ese tiempo, Chiron tendrá que hacer frente a la drogadicción de su madre y al violento ambiente de su colegio y su barrio. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2017
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
21/21(29/01/17) Sobrevalorado drama realizado y guionizado por Barry Jenkins, y es que al estar avalado por la cuasi-unanimidad de la crítica (Globo de Oro al mejor drama, y sus numerosas nominaciones al Oscar) esperaba mucho más, pero me ha sido una cinta de bajo perfil, con marcado sino independiente, en el que se mezcla el despertar sexual con la marginalidad, con el buylying, pero nunca arriesgando, sin rascar, quedándose en la superficie, eso sí, transpirando realismo en las interpretaciones. Se mete en un coctel disperso el mundo de las drogas, la precariedad familiar, los abusones escolares, y sobre todo la búsqueda de la identidad sexual, en este caso la latente homosexualidad del protagonista. Y es que tengo la impresión viendo la galería de películas nominadas este año, hay cierto sentimiento de culpa entre los miembros de la Academia hollywoodiense por lo que se les acusó el año pasado, de ser racistas (se popularizó el hashtag #OscarSoWhite) al no estar nominada gente de color a categoría alguna, y en esta edición parece anhelan el perdón nominando a cintas donde la relevancia de etnias minoritarias es notoria, “Lion” de gente hindú, y por supuesto a los afroamericanos, “Fences”, “Figuras ocultas”, en los documentales con “La enmienda XIII”, “I am not your negro” o “OJ Made in America”, y este melodrama que me ocupa, y no puede ser casualidad, más parece una expiación de pena y asunción de disculpa, que una meritocracia, pues no creo que este correcto film, políticamente correcto, con escenas bien construidas, pero adolece de trascendencia, de poder de traspasarte (por lo menos a mí), donde habiendo negros no se habla de racismo, donde tocándose el tema de la homosexualidad no hay homofobia, hablándose de las drogas apenas hay resquicio de este submundo (solo la madre), de hecho el traficante que acoge en su “regazo” al protagonista, es visto de modo idealizado, todo muy buenista, y donde la poesía sensorial que muchos comentan me ha sido artificiosa. Se hace el retrato de un chico en tres fases-episodios (Pequeño, Chiron, Black) de su vida, Infancia, adolescencia y adultez, donde a través de etas etapas el introvertido protagonista deberá conocerse a sí mismo en medio de un barrio marginal de Miami. Film basado en la obra teatral de del escritor homosexual Tarell Alvin McCraney que vivió en el mismo barrio. Película que como muy bien he leído puede ser un cruce entre “Brokeback Mountain” y “Precious”.
Un sensible relato que (a mi modesto entender) pretende dar más de lo que puede, despega en su primer capítulo de modo atractivo, con ese chico desorientado en un mundo que lo oprime por su fragilidad, debilidad, ensimismamiento, y que en su huida a ninguna parte encuentra refugio en un disfuncional personaje, pero esto me llega impostado, dulzón, queriendo ensalzar la figura del buen narcotraficante, el que vive en una bonita casa, con una bonita y tierna pareja, los dos preocupándose del chaval, menuda hipocresía, el narco vendiendo “muerte” (espiritual y física) y por otro queriendo hacernos ver que es buena persona, se me hace bola, no me lo trago. En este capítulo tenemos que hacer de sesudos exégetas para saber lo que pasa por la cabeza del chico o lo que yo creo, que el director cree que todos nos hemos leído la sinopsis para saber lo que ronda por la mente del protagonista, y así discernir de modo tópico que si eres frágil, introvertido, no te gusta el futbol, súmalo y te da que eres homosexual, menudo sesudo estereotipo simplista que debería ofender a los gays. Se nos quiere hacer ver el mundo interior de Chiron a través de sus silencios, pero esto es una pretenciosa intensidad manufacturada, que no es más que un intento de enmascarar la falta de recursos orgánicos para emocionar de modo incisivo al espectador. Y por cierto, donde se ha metido el mentor narco de Chiron?; En el segundo capítulo hay una elipsis temporal, y ahora el adolescente protagonista sigue siendo débil y por tanto “subliminalmente” remarcando su homosexualidad, por lo que los compañeros de colegio lo siguen humillando. El chaval encuentra un amigo que le hace ver su identidad sexual, mostrado en una escena (a mi modesto entender) efectista y artificiosa. Este tramo me resulta igualmente manufacturado, hecho en base a golpes de efecto arteros; El tercer capítulo saltamos en otra elipsis, un tanto brusca y descolocante por el cambio físico radical de Chiron, ahora se ha convertido en lo que fue su mentor, un narcotraficante de aspecto hipermusculado. Tiene Chiron un encuentro con su madre un tanto chirriante, incoherente, grimante, no me convence este encuentro, demasiado meloso. Chiron es un aparente tipo duro que tras una llamada tiene un sueño húmedo que lo turba. Aquí se producen las dos mejores escenas para mí de la cinta, por la naturalidad y frescura que emiten, primero la cena en la cafetería, con una deliciosa charla entre los dos “amigos”, y luego la posterior en casa de Kevin, donde los sentimientos se destapan. Aquí si hay emotividad, conmueve, sin caer en sensiblerías, destilando melancolía y asentimiento de la identidad sexual, del amor ansiado. Donde los dos actores componen una especie de corto que deslumbra por la crudeza verité que transmiten con sus miradas, sonrisas, silencios, gestos, lástima de que su final resulta tan correcto y poco arriesgado.
Un sensible relato que (a mi modesto entender) pretende dar más de lo que puede, despega en su primer capítulo de modo atractivo, con ese chico desorientado en un mundo que lo oprime por su fragilidad, debilidad, ensimismamiento, y que en su huida a ninguna parte encuentra refugio en un disfuncional personaje, pero esto me llega impostado, dulzón, queriendo ensalzar la figura del buen narcotraficante, el que vive en una bonita casa, con una bonita y tierna pareja, los dos preocupándose del chaval, menuda hipocresía, el narco vendiendo “muerte” (espiritual y física) y por otro queriendo hacernos ver que es buena persona, se me hace bola, no me lo trago. En este capítulo tenemos que hacer de sesudos exégetas para saber lo que pasa por la cabeza del chico o lo que yo creo, que el director cree que todos nos hemos leído la sinopsis para saber lo que ronda por la mente del protagonista, y así discernir de modo tópico que si eres frágil, introvertido, no te gusta el futbol, súmalo y te da que eres homosexual, menudo sesudo estereotipo simplista que debería ofender a los gays. Se nos quiere hacer ver el mundo interior de Chiron a través de sus silencios, pero esto es una pretenciosa intensidad manufacturada, que no es más que un intento de enmascarar la falta de recursos orgánicos para emocionar de modo incisivo al espectador. Y por cierto, donde se ha metido el mentor narco de Chiron?; En el segundo capítulo hay una elipsis temporal, y ahora el adolescente protagonista sigue siendo débil y por tanto “subliminalmente” remarcando su homosexualidad, por lo que los compañeros de colegio lo siguen humillando. El chaval encuentra un amigo que le hace ver su identidad sexual, mostrado en una escena (a mi modesto entender) efectista y artificiosa. Este tramo me resulta igualmente manufacturado, hecho en base a golpes de efecto arteros; El tercer capítulo saltamos en otra elipsis, un tanto brusca y descolocante por el cambio físico radical de Chiron, ahora se ha convertido en lo que fue su mentor, un narcotraficante de aspecto hipermusculado. Tiene Chiron un encuentro con su madre un tanto chirriante, incoherente, grimante, no me convence este encuentro, demasiado meloso. Chiron es un aparente tipo duro que tras una llamada tiene un sueño húmedo que lo turba. Aquí se producen las dos mejores escenas para mí de la cinta, por la naturalidad y frescura que emiten, primero la cena en la cafetería, con una deliciosa charla entre los dos “amigos”, y luego la posterior en casa de Kevin, donde los sentimientos se destapan. Aquí si hay emotividad, conmueve, sin caer en sensiblerías, destilando melancolía y asentimiento de la identidad sexual, del amor ansiado. Donde los dos actores componen una especie de corto que deslumbra por la crudeza verité que transmiten con sus miradas, sonrisas, silencios, gestos, lástima de que su final resulta tan correcto y poco arriesgado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Las tres partes, aunque lineales y congruentes resultan descompensadas, todas enlazadas por la introvertida e introspectiva personalidad de Chiron, todas e interpretadas por actores diferentes en sus etapas, lo cual también desequilibra, quiere vender complejidad con la frialdad de los silencios y la inexpresividad de Chiron, y esto lastra más que suma. Se agradece esté amenizado por una lustrosa puesta en escena, aderezado por un ritmo narrativo satisfactorio, aunque su interés vaya a modo de dientes de sierra, en vaivenes que no consiguen magnetizarme, sus altibajos son una constante, su intimismo juega en muchos casos en su contra, pues le coarta dimensión, hace que el foco sea demasiado centrado y no nos deje ver alrededor, ejemplo es que parece que solo hay blancos en este microcosmos, cerrado, no hay homofobia contra la latente homosexualidad, y si algunos tóxicos tópicos ya comentados. Y es que por mucho que su ambientación vibrante parezca obsequiarnos algo novedoso y arriesgado, no puede ocultar (por lo menos a mí) que es envoltorio bonito donde dentro no hay originalidad, ni se surquen caminos valientes, ni terrioritos inexplorados, todo al final me es suave, no hay la incisiva penetración en el alma de “Brokeback Mountain” donde el drama de estos dos hombres te calaba, aquí todo es el mundo interior de los personajes, pues parece que lo que les pasa alrededor es impostura, qué más da que sea Chiron sea narco o profesor de universidad, esto no aporta algo al relato, como tampoco aporta la relación del protagonista con su madre, nada tiene de fresco, suena a deja vú, es como si tuvieran que rellenar, cuando lo que en realidad importa es la relación entre Chiron y Kevin, todo lo demás es accesorio y prescindible, pero es que además tampoco esta relación me llega a punzar, me toca la fibra las dos charlas referidas en la adultez, pero esto son los picos de sierra en alto de los que he hablado la mayoría son el “valle” de estos. Y es que me he sentido durante todo el film esperando esa magistralidad que me estremeciera en el corazón de la que tanto he leído.
La puesta en escena resulta notable, con un buen diseño de producción de Hannah Beachler (“Creed”), rodándose íntegramente en Miami (Florida-USA), en escenarios enaltecidos por la vigorosa fotografía de James Laxton (“Tusk”), conjugando un cromatismo fulgurante, con una elegancia primorosa se mueve por los diferentes lugares (los barrios marginales, los colegios, el mar, la playa...), dejando una sensación por momentos etérea-onírica de cuasi-irrealidad, proyectando lirismo visual incipiente (no en vano ha sido nominada su labor al Oscar). Se suma la música compuesta por Nicholas Britell (“Whiplash”), acunando las hermosas imágenes y el dramático relato (nominado al Oscar), siendo sus canciones destacadas como “One step ahead” de Aretha Franklin, “Tyrone” de Erykah Badu, “Hello Stranger” de Barbara Lewis, o “Cucurrucucú paloma” de Caetano Veloso.
El elenco actoral cumplen bien su cometido. Destacar a André Holland como el adulto Kevin, transmite con su amplia sonrisa que quiere ocultar sus sentimientos tras la capa de alegría, excelente. Trevante Rodhes como el adulta Chiron deja constancia en su mirada, sobre todo a Kevin de lo mucho que guarda en su interior, la tormenta de sentimientos que intentan salir a flote, excelsa su última mirada. Ashton Sanders como el adolescente Chiron también deja huella en su fragilidad y como explota, meritorio. Mahershala Ali como Juan el camello mentor de Chiron en sus pocas escenas marca a fuego la pantalla con su carisma, no en vano ha sido nominado al Oscar secundario. Naomie Harris como la madre de Chiron está un poco pasada de vueltas, sobreactuada.
En conjunto, propuesta fílmica promete más de lo que puede dar, quizás debido a su falta de tomar riesgo y caminar por caminos ya muy transitados, por lo que la sensación final es de ya visto, y de no perdurar en la memoria. Fuerza y honor!!!
La puesta en escena resulta notable, con un buen diseño de producción de Hannah Beachler (“Creed”), rodándose íntegramente en Miami (Florida-USA), en escenarios enaltecidos por la vigorosa fotografía de James Laxton (“Tusk”), conjugando un cromatismo fulgurante, con una elegancia primorosa se mueve por los diferentes lugares (los barrios marginales, los colegios, el mar, la playa...), dejando una sensación por momentos etérea-onírica de cuasi-irrealidad, proyectando lirismo visual incipiente (no en vano ha sido nominada su labor al Oscar). Se suma la música compuesta por Nicholas Britell (“Whiplash”), acunando las hermosas imágenes y el dramático relato (nominado al Oscar), siendo sus canciones destacadas como “One step ahead” de Aretha Franklin, “Tyrone” de Erykah Badu, “Hello Stranger” de Barbara Lewis, o “Cucurrucucú paloma” de Caetano Veloso.
El elenco actoral cumplen bien su cometido. Destacar a André Holland como el adulto Kevin, transmite con su amplia sonrisa que quiere ocultar sus sentimientos tras la capa de alegría, excelente. Trevante Rodhes como el adulta Chiron deja constancia en su mirada, sobre todo a Kevin de lo mucho que guarda en su interior, la tormenta de sentimientos que intentan salir a flote, excelsa su última mirada. Ashton Sanders como el adolescente Chiron también deja huella en su fragilidad y como explota, meritorio. Mahershala Ali como Juan el camello mentor de Chiron en sus pocas escenas marca a fuego la pantalla con su carisma, no en vano ha sido nominado al Oscar secundario. Naomie Harris como la madre de Chiron está un poco pasada de vueltas, sobreactuada.
En conjunto, propuesta fílmica promete más de lo que puede dar, quizás debido a su falta de tomar riesgo y caminar por caminos ya muy transitados, por lo que la sensación final es de ya visto, y de no perdurar en la memoria. Fuerza y honor!!!