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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Western Jack McCandles (John Wayne) no ha visto a su esposa (Maureen O'Hara) desde hace 18 años, pero regresa a su hogar cuando su nieto es secuestrado por una banda de forajidos. Mientras que la ley persigue a los secuestradores en desvencijados automóviles, Jack cabalga con un explorador indio (Bruce Cabot) y lleva dinero, aunque pagar el rescate no entra en sus planes. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
164/13(10/06/20) Western muy menor hecho a mayor gloria de un ya envejecido John Wayne (64 años), prototípico rol sin grietas, ni fisuras, ni dilemas morales, un tipo valiente que siempre tiene la razón, aunque lleve años sin ver a sus hijos porque no le da la gana, da igual, él siempre es el faro moral a seguir. Fuie la última dirección de George Sherman en una carrera de dirección de más de 30 años. Film con un buen punto de partida, con un inicio prometedor con un tiroteo espectacular en una hacienda, donde incluso vemos como matan a un niño, pero cuando la película debe desarrollar su argumento (guión de Harry Julian Fink y Rita M. Fink) con potencial se desinfla en modo acumulación de estupideces, con diálogos chuscos, con secundarios que van de lo desaprovechado (de juzgado la infrautilización del a gran Maureen O’Hara), a lo plano (los hijos del protagonista), o el único que da algo de más con su rol de villano en la figura de Richard Boone. Tiene su baza en mostrar un oeste crepuscular, poblado coches de motor, motocicletas o armas automáticas, representando esta grieta generacional entre lo viejo en John McCandles y lo nuevo en sus modernos hijos, pero esto que podría haber dado de sí, pero en la película queda en algo arrítmico, donde el humor se come la tensión o intensidad, con tiroteos poco imaginativos, siendo el colmo el clímax nocturno donde cuesta ver lo que está pasando, coronado por un epílogo que da vergüenza ajena (spoiler). Llama la atención que los hijos de John McCandless swon encarnados por hijos de famosos el hijo de John Wayne, Patrick como James McCandles, el de Robert Mitchum, Christopher como Michael McCandles, el hijo menor de Wayne, Ethan, interpreta a Little Jake.

En 1909, hay un ataque al rancho de regido por Martha McCandles (Maureen O’Hara), por una banda de forajidos despiadados liderados por John Fain (Richard Boone). Masacran a muchos de allí, y secuestran al pequeño Jake (Ethan Wayne), el nieto, dejando una nota de rescate y regresando a México. A Martha, la cabeza de la familia, se le ofrece la ayuda tanto del ejército como de los Rangers de Texas para cazar a la pandilla. Ella responde que esto será "un tipo de negocio duro y desagradable y requerirá un tipo de persona extremadamente duro y desagradable para llevarlo a cabo". En consecuencia, ella llama a su marido, el anciano Jacob "Big Jake" McCandles (John Wayne), un pistolero legendario que deambula por el oeste con su Rough Collie, llamado simplemente Perro. Con él irán, sus dos hijos, James y Michael McCandles (Patrick Wayne y Christopher Mitchum), su amigo indio Sam Sharpnose (Bruce Cabot).

La película ya empieza con grietas cuando Martha McCandless para recuperar a su nieto confía en marido del que está separado y sin verlo durante años (este ni sabe que tiene este neito raptado), no tiene sentido. Tampoco resulta de recibo que al inicio nos presenten a los de la banda de John Fain, como si su currículo vital tuviera importancia en el desarrollo del metraje, cuando estos personajes son meros muletas del líder. Hay momentos tan chuscos como el segundo tiroteo, que sirve para mostrar que los automóviles no eran adecuados para el desierto, y para ver una coreografía circense sin el mínimo sentido de uno de los hijos de Jake en su moto, pasando una y otra vez entre los malos sin que los malísimos no le acierten a dar, saltando por un tajo varias veces no se sabe porque, solo tiene sentido como influencia de “La gran evasión” y la escena de la moto de Steve McQueen huyendo de los nazis.

Resulta llamativa la influencia de la violencia expositiva que se vivía en el cine, sobre todo en “Grupo Salvaje” (1969), y se reflejó en la película, con mucha sangre por todos lados, aunque resultan las heridas muy chuscas, pareciendo paint-ball por el modo de verse en la ropa. Una violencia más cercana al realismo atávico, con muertes a doquier, y de todo tipo, con disparos de escopeta de dos cañones, machetazos, o asesinatos con horca, un festival infernal, que quizás intenta opacar las carencias de una película hecha con el piloto automático.

La película es John Wayne, en un papel moldeado para su clásico rol de tipo duro, orgulloso (puede soportar le llamen hijo puta!, pero no ‘papaito’), soberbio y sabio, que nunca se equivoca. Capaz de sentirse con el poder para inculcar a sus hijos supuestas lecciones morales de respeto (puaj!) un tipo que llevaba años sin preocuparse de ellos, ni tan siquiera sabía que tenía un nieto, por ello me resulta cargante su superioridad moral. Wayne tarda en aparecer 20 minutos, pero cuando lo hace el metraje gira a su alrededor. Sus valore éticos por antiguos que sean son los adecuados, ejemplo cuando cual carrera de la tortuga y la liebre demuestra que sus caballo son mejores que los coches y la moto. Es un símbolo del pasado (lee con gafas, igual que hacía en la película de la trilogía de la Caballería “She Wore a Yellow Ribbon”, 1949) demodé, tanto que en cuatro ocasiones le espetan, "Pensé que estabas muerto".

Se filmó en estados mexicanos de Durango y Zacatecas, incluyendo escenas tomadas en la cascada El Saltito y en la Sierra Parque Nacional de Órganos. Teneindo la banda sonora creada por el gran Elmer Bernstein (“La Gran Evasión” o “Los 7 Magníficos”), me resulta penosamente insertada, como colocada por un mono con dos pistolas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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