263/15(17/10/10) Sórdido y enfermizo drama holandés que alcanzó el Oscar. NO recomendable a todos los paladares cinéfilos, es cine con pretensiones. Es una historia dura, donde un muchacho, Katadreuffe (excelente Fedja van Huêt), será tallado por la rudeza de su taciturna madre, Joba (buena Betty Schuurman) y por la crueldad de su despiadado padre, Dreverhaven (soberbio Jan Decleir), el relato es una amarga reflexión sobre las relaciones paterno-filiales, de cómo se mezclan la brutalidad y un cariño singular, una turbadora relación amor-odio. La cinta tiene en su ambientación uno de sus puntos fuertes, sabiendo crear un clima oscuro, con una magnífica música de Het Paleis van Boem y una sombría fotografía de Rogier Stoffers que sirve para marcar el estado de ánimo del protagonista, rozando por momentos lo tenebroso, donde estas desconcertantes relaciones se suceden con un aire trágico y donde solo encuentra el apoyo de su jefe ‘carácter’. En su debe está su ritmo narrativo que resulta bastante irregular y que hace que su metraje se alargue en exceso, haciendo que haya tramos que la cinta se atranque, remarcando en exceso lo que quiere contar, le cuesta avanzar, metiendo escenas que aportan cero y más bien lastran el resultado final, asimismo lo que va sucediendo es previsible y nunca dejas de tener una sensación de ‘dejavu’ que hace que poco te sorprenda. Recomendable a los que gusten de dramas intensos. Fuerza y honor!!!