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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Thriller. Acción La única conexión del ex-agente especial Cha Tae-sik con el mundo es una niña que vive cerca de su casa. La madre de la pequeña trabaja para una organización mafiosa que se dedica al tráfico de drogas y le confía a él la mercancía. Cuando los traficantes se dan cuenta, secuestran a la madre y a la niña. Además, confunden a Tae-sik con un camello. (FILMAFFINITY)
19 de septiembre de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
191/01(03/09/17) Sobrevalorado thriller coreano escrito y dirigido por Lee Jeong-beom, una cinta de una simplicidad que ni el mecanismo de un martillo, relato de justiciero sin pizca de originalidad que es un cruce entre “Leon” (1994), “Man on fire” (2004), y “Drive” (2011), tipo duro (por motivo indeterminado) que tras conocer a una niñ@ se le ablanda el corazón y parece encontrar un sentido a su vida, este tendrá que ser a base de proteger al retoño o vengarlo. El desarrollo huele a ya muy visto, los malos se han metido con el tipo equivocado (también se me viene a la mente la reciente “The equalizer”, 2014) con un protagonista lacónico, hierático y misántropo con motivaciones más sobadas que las tetas de Pamela Anderson. Destaca que a partir de que la acción se desencadena no para en un tour de forcé trepidante, con persecuciones, peleas, balaceras, explosiones, ello con coreografías ingeniosas, con mucha violencia, con momentos gore, niños cortando heroína, tráfico de órganos humanos de niños, todo en un tono muy simplista para separar en blanco y negro a buenos y malos. Cinta de la que esperaba mucho más, personajes ambiguos, complejidad, emoción, pero he sido arrollado por un producto que de haberse hecho en Hollywood protagonizado por Bruce Willis hubiera sido machacada con motivos por la crítica general, oh ,espera, esto ya ocurrió con “Mercury rising” (1998), siendo “premiada” con algún Razzie.

La cinta comienza de modo letárgico, muy lenta, tarda en arrancar, se podría haber dado más agilidad recortando minutos cercenables. Mezcla drama con acción de modo plúmbeo, sin moverte a emoción alguna, cine propio de Hong Kong (John Woo, Johnnie To,…) o del manga, donde prima la acción por encima de la historia, esta cabe en un sello. Intentan darle algo de trascendencia en su trivial crítica social tocando temas como la marginación social, los niños maltratados psicológicamente por los padres (en este caso la madre), la explotación de los menores (como traficantes, como cortadores de droga, como “recipientes” de órganos,…). La violencia latente es uno de los elementos manejados con acierto en la cinta, sabiendo modular los fueras de campo y las elipsis, para en un increscendo correctamente llevado, con picos notables (como la pelea en los baños sin cortes, me refiero a la persecución a pie donde se produce un espectacular salto por una ventana en un plano sostenido brillante) llegar al clímax de la pelea (con mucho de arte marcial) final, donde las muertes y las sangre estallan sobre los fotogramas. La composición de los personajes distan de tener dimensión alguna, o buenos o muy malos, más planos que una mesa, se mueven por imperativo del guión, sin un motor orgánico que de fuerza dramática, con diálogos inanes, buscando de modo a empujones la lágrima fácil.

El relato pretende tener su núcleo emocional en la relación entre la niña y el protagonista, donde el protagonista intenta aparentar mundo interior con su laconismo, embistiendo a su rol de misticismo enigmático, queriendo emular a los tipos duros del cine como Humphrey Bogart, Steve McQueen, Charles Bronson, Clint Eastwood, pero al actor le faltan cicatrices expresivas, muy blandito, joven y “guapito” para tragarte su padecimiento interior, este exhibido en un flash-back en que la explicación es de lo más manipuladora, simplista y poco trabajada, que poca inventiva en el guión, te deja frío un recurso tan rancio; La niñita hace lo que puede, sin dar mucho de sí, aunque al menos el guión si ha sabido conferirle un rasgo que le aporta matices, como es su afición a pintar las uñas de modo llamativo, lo que es un elemento bien manejado deux machine en ciertos momentos; Y entre los dos hay química zero, me deja gélido.

No entiendo muy bien el modo en que es tratada la subtrama policial, puro relleno al que se le da mucho minutaje basura, polis tontos que no hacen más que dar palos de ciego algo que no era necesario, totalmente prescindible, que sin ello hubiera dado más ritmo y vigor narrativo, y solo parecen estar ahí para que nos desvelen la personalidad del “sin nombre”. Resulta muy lineal, sin sobresaltos apenas, todo ocurre porque sí, con multitud de tópicos y clichés con patas, con un tipo de humor grimante por lo chusco. Al final lo que queda es un film con apenas un par de momentos interesantes, pero en conjunto es un producto olvidable durante los créditos finales, pretende muchísimo más de lo que da.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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