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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama Un extraño llega a trabajar a la granja de la viuda Halla. Pronto ambos caerán en las redes del amor, pero todo se vendrá abajo cuando el turbio pasado del hombre salga a la luz. Decididos, sin embargo, a seguir juntos, deciden dejarlo todo y refugiarse en las montañas de Islandia, aunque eso signifique vivir en la miseria. (FILMAFFINITY)
1 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
253/53(30/06/21) Sugerente film silente sueco con más de un siglo, dirigido y protagonizado por el pionero Victor Sjöström, basada en una obra de teatro de Jóhann Sigurjónsson, “Bjærg-Ejvind og hans Hustru”, que se estrenó en 1911 en Reykjavik. Cuenta la historia de Eyvind of the Hills, forajido real islandés, Fjalla Eyvindur, del siglo XVIII (1714-1783). Siendo llamativa la deliciosa comunión entre paisajes de la naturaleza nórdica y un drama romántico. Las escenas al aire libre se rodaron en Suecia recreando las Highlands de Islandia con gran éxito, en Fleringe en Gotland (las primeras escenas con las ovejas), en Åre (las escenas de invierno) y sobre todo en el Parque Nacional de Abisko en Laponia, emitiendo miscelánea espiritual entre el grandioso entorno majestuoso, el humano un minúsculo elemento en medio de la inmensidad, con cascadas, lagos, ríos bravíos, aguas termales, geiseres, montañas, vertiginosos acantilados, ventiscas heladas, en una proyección excelente del lugar, este manejo de la Naturaleza es un mantra cinéfilo en el realizador escandinavo. Los interiores se rodaron en el estudio del Swedish Cinema Theatre en Lidingö. Todo esto ensalzado por la fascinante cinematografía de Julius Jaenzon (“La carreta Fantasma”), de resonancias claramente pictóricas en sus tomas generales, influenciado por los paisajistas suecos del siglo XIX Edvard Bergh y Alfred Wahlberg, enmarcando a los humanos en un entorno magno (ejemplo de esta beldad es la toma con Ejvind y su amigo Arnes arrastrando sus redes de pesca en un lago de montaña con el fondo de montes nevados nublados), así como formidable en las secuencias en interiores jugando con la semioscuridad, aportando dramatismo ambiental, incluso con el aporte nada convencional entonces de primeros emocionales primeros planos, esto reseñable en ese modo (de con ayuda de la gran edición) de exponer plano-contra plano de los rostros de Halla y Kari cuando se conocen haciendo brotar el amor instantáneo, que nos hace llegar al espectador. A veces estos punzantes primeros plano de modo dramático puestos sobre fondos negros para hacernos visibles su mundo interior pensante y reflexivo.

Un extraño que se hace llamar Kári (Victor Sjöström) llega a una granja en el norte de Islandia. Lo contrata como obrero Halla (Edith Erastoff), la viuda dueña de la granja viuda, que termina enamorada de él. El alguacil local (buen Nils Aréhn), que quiere casarse con Halla, se pone celoso de Kári. Otro hombre le dice al alguacil que Kári es de hecho un ladrón y fugitivo llamado Eyvind. Kári al principio niega ser Eyvind y luego derrota al alguacil en un concurso de lucha libre como medida de su sinceridad. Sin embargo, cuando Halla le propone matrimonio, confiesa la verdad de lo que sucedió en su anterior vida empobrecida como Eyvind. Tendrá importancia en la historia otro proscrito, Arnes (notable John Ekman), elemento que sirve para observar con envidia la felicidad, en realidad efímera.

El desarrollo se estructura en siete actos lineales, excepto por un flash-back aclaratorio (este me recuerda en gran medida el drama de Jean Valjean en “Los miserables”), cubriendo 20 años con sus consiguientes elipsis, ello siguiendo una línea ascendente de ritmo, con picos potentes, hasta desembocar en un final tremebundo cargado de emoción. Ello con delineación de personajes profundos, con sentimientos que nos llegan, siendo maravillosos los protagonistas encarnados por el director Sjöström y la que era entonces su pareja (se casarían en 1922, estándolo hasta la muerte de ella en 1945) Edith Erastoff, demostrando una gran expresividad, sin caer en la sobreactuación típica de la época muda. Tocando la cinta temas como la injusticia social, el amor puro, los sacrificios por lo que quieres, los celos, y sobre todo el peso del destino, un intertítulo referente a los enamorados dice: "Nadie puede escapar de su destino, aunque corra más rápido que el viento".

Es en la huida por la montaña (supuestamente islandesa) donde la película gana en dramatismo romántico-lírico, con esa evocación pasajera de la felicidad, dos almas libres disfrutando de la vida sin ataduras, teniendo una hija, dos seres lejos de la represión, dos personas independientes y autosuficientes. Disfrutan de su microuniverso, de su amor, pescan, en lagos, se bañan en cascadas, cazan patos, retozan por el suelo, se aman, son una familia idealizada. Pero la mochila del pasado es muy pesada y siempre llega para torcer su particular Edén.

Spoiler:

Tiene defectos en su desarrollo que me desconciertan. Ejvind cuenta a Halla que tenía una esposa e hijos que pasaban hambre y decidió pedir ayuda a un párroco, este se comportó de modo avaro y les negó comida. Ejvind en su desesperación le roba un cordero, lo descubre el dueño y es encarcelado por ello, pero Ejvind escapa y huye por las montañas hasta llegar a la granja de Halla. Pero lo que no entiendo es que tras escapar de presidio se ha olvidado de su familia, como si ya no existieran, ni una mención a estos (¿?). Me ha sido esto chirriante como se pasa por alto;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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