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Voto de TOM REGAN:
10
7,9
4.596
Drama
Albert Lory (Charles Laughton) es un profesor de escuela en una ciudad de un país indeterminado ocupado por el ejército Nazi durante la II Guerra Mundial. Enamorado de su compañera de trabajo y vecina, la también profesora Louise Martin (Maureen O’Hara), Albert se siente frustrado al ser incapaz de declararse por su carácter acobardado. Esta cobardía es también motivo de burla de sus propios alumnos. Para colmo, Louise mantiene una ... [+]
1 de noviembre de 2015
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
171/06(10/10/15) Infravalorado film de Jean Renoir, guión Magno de Dudley Nichols, Obra Maestra que hay gente denigra por considerarla panfletaria, la cinta toma esto como referencia para hacer un relato Universal y Atemporal, manteniéndose fresca y ganando con el tiempo, construidas sobre sólidos argumentos, se deja a todas las partes (buenos y malos) manifestarse, no cayendo, a pesar de estar realizada en pleno apogeo de la WWII, en el maniqueísmo, ni en la fácil caricatura del enemigo, al que se da personalidad y alma, narración pétrea que arremete contra las tiranías, contra la intolerancia, contra los prejuicios sociales, contra los que apoyan con su silencio las injusticias, contra quienes se aprovechan en su beneficio de estas, una oda a la fuerza del ser humano, a la Libertad, a su fuerza individual y colectiva de rebelarse contra los que te avasallan, contra los que quieren adoctrinarte, canto Humanista a como la persona más cobarde puede encontrar fuerzas en su corazón para defender lo justo. Película parte del aparato de propaganda americano en contra de los nazis, causa justa, en este sentido destacó también la estupenda “Los verdugos también mueren” (1943) de Fritz Lang, tratan el tema de territorios invadidos y ocupados por los alemanes, de cómo la resistencia y sabotaje es el camino para vencer al enemigo. Jean Renoir en su segundo film en USA, dijo hizo este film para resaltar la dignidad humana de sus compatriotas franceses, harto de bravuconadas de sus paisanos exiliados en Hollywood <Es muy fácil ser patriota a 10.000 km. del enemigo>. Esta arrolladora obra hace gala de su carácter Universal en recursos como que al principio vemos sobreimpreso sobre una estatua dedicada a los caídos en la Gran Guerra “Somewhere in Europe” (En algún lugar de Europa), aunque por la estatua y nombres de personajes se sabe es Francia, otro dato curioso es que no se dice la palabra nazi en todo el metraje, como queriendo hacer de este invasor el mal en sí, el de las épocas pasadas y presentes.
Entre Renoir y Nichols (“La diligencia”) entraman relaciones maravillosamente trenzadas a partir de una delineación de personajes fascinante, con diálogos absorbentes, actores formidables, edificación de situaciones cargadas de intensidad, y un protagonista Charles Laughton Apoteósico. El inteligente guión da vida a cada uno de los personajes de modo absorbente, con desarrollo en increscendo dramático brillante, con Colosal clímax final teja abrumado por la fuerza vibrante de la palabra. Alaba con ingenio la rebelión ante la opresión, y ataca con mordacidad a los colaboracionistas que sacan provecho de la desgracia de su pueblo. Habla también de la redención, del amor puro, del sacrificio, de la integridad, de la cobardía, del miedo, de la valentía, de los sentimientos de culpa, del amor de madre, del valor de la cultura, del librepensamiento, del silencio ante la maldad, de los Derechos Humanos.
Todo esto es contado con nervio y pulso narrativo fluido, no cae en lo rancio de hacer de los nazis unos malos sin alma, los invasores en boca de su gerifalte von Keller exponen con argumentos sólidos sus convicciones, Renoir tiene la valentía de hacernos ver que los (franceses) invadidos no eran todos buenos buenísimos, en el amplio crisol de la naturaleza humana no existe el blanco o negro, existen los grises, nos dice de cómo el mirar para otro lado, el silencio, la aceptación sin más de las normas impuestas es una derrota más, hace que en el juicio al que asistimos no es al acusado al que se juzga, si no a los colaboracionista por acción u omisión. Trata de cómo la villanía trata de imponer su retorcido mundo desde la base atacando la educación básica, intentando adoctrinar a los niños desde la escuela, de cómo la cultura es la salvaguarda ante la sinrazón de la ignorancia, de los prejuicios, de las injusticias, el pensar libremente es la verdadera libertad.
Charles Laughton es un Titán, impresionante arco de evolución, del cobarde que se abraza miedoso a su madre en el refugio, al vigoroso clímax en el tribunal, Descomunal como se mimetiza con su rol, como lo baña de humanidad, de defectos, de patetismo, y al final de coraje de oponerse a las tropelías e intentos de comprar su silencio, encuentra valor en el reflejo de la muerte, toma explosiva conciencia en como los “héroes” (profesor Sorel) toman con flema su muerte, en esta escena (cuando ve fusilar al profesor) el actor agarra los barrotes, con tal veracidad que los arrancó de cuajo (eran de atrezo), se fue del plató protestando por haberse quedado "cortado" en su interpretación, con un lenguaje gestual memorable, ese modo de mover las manos, su mirada, sus andares, no se puede ser más expresivo, el modo tan natural con que coge el gato, el modo tembloroso con que mira a su amada platónica, la impactante forma en que le declara su amor en el tribunal, Antológico ese último plano suyo de espaldas cuando los soldados se lo llevan de la escuela para fusilarlo, no deja lo agarren de los brazos y vemos como se mete las manos en los bolsillos del pantalón, símbolo de su valentía y despreocupación ante su futuro, él ya ha hecho lo que debía, está a gusto con su conciencia.
Walter Slezak crea un villano sublime, cumple la “Ley” del cine, <cuanto mejor descrito el villano, mejor resulta el héroe>, el actor austriaco deslumbra con su sofisticado militar, de buenos modales, mordaz, culto (recita a Tácito en latín, y es amante de Shakespeare), astuto, de sonrisa cínica, lengua viperina, lejos del guiñol plano sanguinario de gritos que se nos vende en otras producciones, con ententes memorables con el alcalde, con Lambert y con Albert, una víbora danzando alrededor de su presa, Colosal, muy sutil el recurso de que sea manco, para entendamos porque no está en el frente de guerra. Mauren O’Harra es una presencia llena de vitalidad, de ternura, encantadora, cualquiera se enamoraría de ella, demuestra una amplia gama de emociones. (sigue en spoiler)
Entre Renoir y Nichols (“La diligencia”) entraman relaciones maravillosamente trenzadas a partir de una delineación de personajes fascinante, con diálogos absorbentes, actores formidables, edificación de situaciones cargadas de intensidad, y un protagonista Charles Laughton Apoteósico. El inteligente guión da vida a cada uno de los personajes de modo absorbente, con desarrollo en increscendo dramático brillante, con Colosal clímax final teja abrumado por la fuerza vibrante de la palabra. Alaba con ingenio la rebelión ante la opresión, y ataca con mordacidad a los colaboracionistas que sacan provecho de la desgracia de su pueblo. Habla también de la redención, del amor puro, del sacrificio, de la integridad, de la cobardía, del miedo, de la valentía, de los sentimientos de culpa, del amor de madre, del valor de la cultura, del librepensamiento, del silencio ante la maldad, de los Derechos Humanos.
Todo esto es contado con nervio y pulso narrativo fluido, no cae en lo rancio de hacer de los nazis unos malos sin alma, los invasores en boca de su gerifalte von Keller exponen con argumentos sólidos sus convicciones, Renoir tiene la valentía de hacernos ver que los (franceses) invadidos no eran todos buenos buenísimos, en el amplio crisol de la naturaleza humana no existe el blanco o negro, existen los grises, nos dice de cómo el mirar para otro lado, el silencio, la aceptación sin más de las normas impuestas es una derrota más, hace que en el juicio al que asistimos no es al acusado al que se juzga, si no a los colaboracionista por acción u omisión. Trata de cómo la villanía trata de imponer su retorcido mundo desde la base atacando la educación básica, intentando adoctrinar a los niños desde la escuela, de cómo la cultura es la salvaguarda ante la sinrazón de la ignorancia, de los prejuicios, de las injusticias, el pensar libremente es la verdadera libertad.
Charles Laughton es un Titán, impresionante arco de evolución, del cobarde que se abraza miedoso a su madre en el refugio, al vigoroso clímax en el tribunal, Descomunal como se mimetiza con su rol, como lo baña de humanidad, de defectos, de patetismo, y al final de coraje de oponerse a las tropelías e intentos de comprar su silencio, encuentra valor en el reflejo de la muerte, toma explosiva conciencia en como los “héroes” (profesor Sorel) toman con flema su muerte, en esta escena (cuando ve fusilar al profesor) el actor agarra los barrotes, con tal veracidad que los arrancó de cuajo (eran de atrezo), se fue del plató protestando por haberse quedado "cortado" en su interpretación, con un lenguaje gestual memorable, ese modo de mover las manos, su mirada, sus andares, no se puede ser más expresivo, el modo tan natural con que coge el gato, el modo tembloroso con que mira a su amada platónica, la impactante forma en que le declara su amor en el tribunal, Antológico ese último plano suyo de espaldas cuando los soldados se lo llevan de la escuela para fusilarlo, no deja lo agarren de los brazos y vemos como se mete las manos en los bolsillos del pantalón, símbolo de su valentía y despreocupación ante su futuro, él ya ha hecho lo que debía, está a gusto con su conciencia.
Walter Slezak crea un villano sublime, cumple la “Ley” del cine, <cuanto mejor descrito el villano, mejor resulta el héroe>, el actor austriaco deslumbra con su sofisticado militar, de buenos modales, mordaz, culto (recita a Tácito en latín, y es amante de Shakespeare), astuto, de sonrisa cínica, lengua viperina, lejos del guiñol plano sanguinario de gritos que se nos vende en otras producciones, con ententes memorables con el alcalde, con Lambert y con Albert, una víbora danzando alrededor de su presa, Colosal, muy sutil el recurso de que sea manco, para entendamos porque no está en el frente de guerra. Mauren O’Harra es una presencia llena de vitalidad, de ternura, encantadora, cualquiera se enamoraría de ella, demuestra una amplia gama de emociones. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
...George Sanders resulta magnífico en su papel de sibilino colaboracionista que al final toma conciencia. Una O’Connor radiante en un personaje que le encaja como un guante, la autoritaria y ultraposesiva madre cree tener todavía a un niño, al que somete psíquicamente, una fuerza de la naturaleza. Kent Smith espléndido en su rol de especie de “El Zorro”, derrocha simpatía con los malos, esto le cuesta enfrentamientos con los suyos por verlo blandito, y en su vida paralela ataca a los malos donde más les duele, muy bueno.
Puesta en escena muy adecuada, cumple su función de estar al servicio de la historia, notable diseño de producción de Eugène Lourié (“La gran ilusión”), construyendo en un estudio toda la ficticia población, sus calles, tejados por los que huye Paul, interiores, todo proyectado por la luminosa fotografía en glorioso b/n de Frank Redman (“Perry Mason”), jugando con los fuera de plano, potenciando la expresividad actoral en su trémulos primeros planos.
Momentos recordables (algunas ya comentadas). Valioso el valor de monólogos y diálogos, la fuerza de la palabra; El que tiene el profesor Sorel en su despacho con Albert Lorry sobre como no pueden luchar físicamente, pero si lo harán moralmente, sereno pero estremecedor discurso sobre el valor de la dignidad y de cómo inculcársela a los niños, sobre el valor de la enseñanza, sublime, le implanta la semilla de la valentía a Albert, que al final germinará; Von Keller y Lambert reunidos hablando del modus operandi del fascismo, los dos con muchos puntos en común, realzan el valor “Unidor” de las dictaduras; El entente que tienen von Keller y Louise, donde el germano le cuenta el “peligro” de inculcar a los niños el librepensamiento, que eso lo abolieron en Alemania y ahora están a punto de conquistar el mundo; Como von Keller se mueve de modo harto amanerado (recitándole “Romeo y Julieta” y poniéndole una flor en la solapa) alrededor de Lambert, cual ceremonia de cortejo, luego hay un jugoso primer plano en el nazi le susurra al oído como debe sonsacar a su novia, la mirada de Lambert se enciende, se da cuenta ha vendido su alma al diablo, como símbolo de sentirse liberado de ataduras suelta por la ventana una paloma cazada, justo antes de pegarse un tiro; El encuentro en el calabozo entre Albert y von Keller, el teutón le hace un enfervorecido discurso sobre como USA o Gran Bretaña antes de llegar los nazis ya han sido invadidas por gente como el alcalde o Lambert, gentes sin moral; Albert ha sido convencido por la fina labia de von Keller, pero entonces se produce uno de los momentos cumbres del film, Albert oye jaleo en el patio de la prisión se asoma a la ventana y ve a 10 rehenes alineados para ser fusilados, entre ellos el profesor Sorel, Albert se coge a los barrotes y llama a su mentor, este mira hacia arriba y en gesto de despreocupación ante su aciago futuro se cambia de gafas, ve a Albert y lo saluda sonriente, la cámara se posa en Albert que ve el fusilamiento y aparta la mirada, ha sentido una Epifanía, ha despertado de la inocencia; El tremendo clímax final en el estrado del juicio, con el enardecido discurso de Albert Lorry sobre cómo ha de rebelarse la gente ante el opresor, ello ante la emocionada mirada de Louise, ya enamorada de él; Hay más escenas de valor, pero el límite de caracteres...
Se le puede buscar un pero en que los nazis no hubieran dejado que diera el discurso final Albert, y por el contrario lo que vemos es como huyen de la sal de justicia, suponiendo esto, tampoco habrían dejado que hubiera llegado a la escuela, lo hubieran detenido antes de llegar, pero yo tomo el film como una fábula moral aleccionadora sobre la fortaleza del espíritu humano, sobre el verdadero valor, sobre como las personas pueden evolucionar.
Film que de los que debería ser de visión obligatorio en los colegios, una obra de una profundidad y calado emocional extraordinario. Fuerza y honor!!!
Puesta en escena muy adecuada, cumple su función de estar al servicio de la historia, notable diseño de producción de Eugène Lourié (“La gran ilusión”), construyendo en un estudio toda la ficticia población, sus calles, tejados por los que huye Paul, interiores, todo proyectado por la luminosa fotografía en glorioso b/n de Frank Redman (“Perry Mason”), jugando con los fuera de plano, potenciando la expresividad actoral en su trémulos primeros planos.
Momentos recordables (algunas ya comentadas). Valioso el valor de monólogos y diálogos, la fuerza de la palabra; El que tiene el profesor Sorel en su despacho con Albert Lorry sobre como no pueden luchar físicamente, pero si lo harán moralmente, sereno pero estremecedor discurso sobre el valor de la dignidad y de cómo inculcársela a los niños, sobre el valor de la enseñanza, sublime, le implanta la semilla de la valentía a Albert, que al final germinará; Von Keller y Lambert reunidos hablando del modus operandi del fascismo, los dos con muchos puntos en común, realzan el valor “Unidor” de las dictaduras; El entente que tienen von Keller y Louise, donde el germano le cuenta el “peligro” de inculcar a los niños el librepensamiento, que eso lo abolieron en Alemania y ahora están a punto de conquistar el mundo; Como von Keller se mueve de modo harto amanerado (recitándole “Romeo y Julieta” y poniéndole una flor en la solapa) alrededor de Lambert, cual ceremonia de cortejo, luego hay un jugoso primer plano en el nazi le susurra al oído como debe sonsacar a su novia, la mirada de Lambert se enciende, se da cuenta ha vendido su alma al diablo, como símbolo de sentirse liberado de ataduras suelta por la ventana una paloma cazada, justo antes de pegarse un tiro; El encuentro en el calabozo entre Albert y von Keller, el teutón le hace un enfervorecido discurso sobre como USA o Gran Bretaña antes de llegar los nazis ya han sido invadidas por gente como el alcalde o Lambert, gentes sin moral; Albert ha sido convencido por la fina labia de von Keller, pero entonces se produce uno de los momentos cumbres del film, Albert oye jaleo en el patio de la prisión se asoma a la ventana y ve a 10 rehenes alineados para ser fusilados, entre ellos el profesor Sorel, Albert se coge a los barrotes y llama a su mentor, este mira hacia arriba y en gesto de despreocupación ante su aciago futuro se cambia de gafas, ve a Albert y lo saluda sonriente, la cámara se posa en Albert que ve el fusilamiento y aparta la mirada, ha sentido una Epifanía, ha despertado de la inocencia; El tremendo clímax final en el estrado del juicio, con el enardecido discurso de Albert Lorry sobre cómo ha de rebelarse la gente ante el opresor, ello ante la emocionada mirada de Louise, ya enamorada de él; Hay más escenas de valor, pero el límite de caracteres...
Se le puede buscar un pero en que los nazis no hubieran dejado que diera el discurso final Albert, y por el contrario lo que vemos es como huyen de la sal de justicia, suponiendo esto, tampoco habrían dejado que hubiera llegado a la escuela, lo hubieran detenido antes de llegar, pero yo tomo el film como una fábula moral aleccionadora sobre la fortaleza del espíritu humano, sobre el verdadero valor, sobre como las personas pueden evolucionar.
Film que de los que debería ser de visión obligatorio en los colegios, una obra de una profundidad y calado emocional extraordinario. Fuerza y honor!!!