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Voto de Alvaro Zamora Cubillo:
5
Drama Una cantante de ópera mundialmente conocida es secuestrada como rehén, junto a otras personas, cuando un rico empresario japonés la invita a actuar para él en Sudamérica. (FILMAFFINITY)
27 de marzo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Bel Canto” (2019) de Paul Weitz con Julianne Moore, Ken Watanabe, Christopher Lambert, Sebastian Koch, Thorbjørn Harr, Tenoch Huerta, María Mercedes Coroy, entre otros. Drama de suspense basado en la novela homónima de 2001 escrita por Ann Patchett, que también se adaptó en una ópera en 2015; basada en La Crisis de Rehenes de La Embajada Japonesa, también llamada como “Crisis de Lima” de 1996 a 1997 en Lima, Perú; por lo que sigue las relaciones entre un grupo de jóvenes terroristas y sus rehenes, que son en su mayoría ejecutivos y políticos de alto perfil, a lo largo de varios meses, donde ambos deberán superar sus diferencias, y encontrar su humanidad y esperanza compartidas frente a un desastre inminente. Por tanto, muchos de los personajes formarán vínculos inquebrantables de amistad, mientras que otros se enamoran… pasando así de odiarse, a mostrar el conocido “Síndrome de Estocolmo”, por lo que la ópera, repleta de violencia, es el tema centralizado en muchos niveles a lo largo de la historia; al tiempo que el término operístico “bel canto” que significa literalmente “canto hermoso”, un estilo vocal de origen italiano que prevaleció en la mayor parte de Europa durante el siglo XVIII y principios del XIX, que no tiene cabida en el filme, ni en los temas, pues todos son parte del “verismo” un género desarrollado, posterior al “bel canto”; y es que con eso, ya el filme empieza a padecer de una particular crisis de identidad: A veces drama romántico, por momentos estudio sociológico, a ratos “thriller” político y de suspense, pero no se decanta en ninguno, ni siquiera en el musical del que toma el título; todo ello lo hace plano, sin sustancia y aquejado de flojera narrativa, alejado de todo apasionamiento; pero como película de secuestros, incorpora una voluntariosa dosis de originalidad... sobre todo en sus últimos minutos; pero su desarrollo es artificioso, superficial, absurdo y surreal, y sólo se sostiene sobre el trabajo inspirado del reparto internacional; sin embargo, algunos personajes son mostrados sin desarrollo, ni motivaciones, donde el asunto no se explora ni se explica a fondo, y queda como un filme de personas opuestas encontradas. Como dato, Ken Watanabe estaba en Perú trabajando en una película la semana anterior a La Crisis de Rehenes de La Embajada Japonesa de 1996; por lo que se cuenta que si se hubiera quedado unos días más, pudo haber asistido a la misma fiesta que resultó en un enfrentamiento de 4 meses y decenas de muertes… pero ¿Cuál es realmente su papel en la película…? Julianne Moore, que no es cantante, fue entrenada para sincronizar los labios para sus escenas de canto, donde Reneé Fleming proporcionó la voz. Notar que además de las arias “veristas” de Fleming, la película incluye temas de Atahualpa Yupanqui, Scott Joplin y Kronos Quartet. Además rescato las interpretaciones de Tenoch Huerta, María Mercedes Coroy y el rescate de Christopher Lambert. Como amante de la ópera y la música clásica, finalmente debo rescatar que el filme trata de ensalzar la capacidad de la música para trascender choques ideológicos y barreras lingüísticas y culturales, pero nada más… “He vivido del arte, he vivido del amor. ¡Nunca le he hecho mal a nadie…!”
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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