Terminando de ver “The Girl On The Train” (2016) de Tate Taylor con Emily Blunt, Rebecca Ferguson, Haley Bennett, Luke Evans, Edgar Ramirez, Justin Theroux, Allison Janney, entre otros. Película de suspense, sobre una mujer alcohólica, consumida por su divorcio, que descubre un suceso perturbador mientras viaja en tren, afectando su entorno. Adaptación del “best seller” homónimo de Paula Hawkins, con claros elementos “hitchcocknianos”, la dirección es correcta en mostrar la carga de intriga y suspenso que se espera, en una muy buena ambientación; sin embargo es lastrada por un enredado juego de puntos de vista, y una narración llena de confusos vaivenes temporales, juegan en su contra para lograr una coherencia/lógica, puesto que el punto de la referencia, de quien narra, inclusive de la perspectiva, se pierde en algunos momentos, que se hacen difíciles de encuadrar, nuevamente inclusive, en qué tiempo estamos observando los hechos. Un ejemplo claro, es la escena del homicidio, solo es mostrada al espectador, y nunca entre los personajes, por lo que la investigación está metida a la fuerza, siendo pobre y/o nula. Además, podría decirse que toda la historia está cargada de misoginia, raro en una autora, pues todos los personajes femeninos sufren terriblemente, y de manera muy violenta. El tren, como símbolo fálico del hombre que mueve la vida de las 3 mujeres, o tendré que contar con la 4ª, la agente de policía a cargo; la hace una película de mujeres sobre mujeres, con ese plano final de la protagonista, que regresa a su vida normal, dibujando una estatua que simboliza la liberación de las 3, y un asiento en un tren, de retorno, esta vez viendo hacia el horizonte, olvidando el pasado reiterativo que la traumó, para retomar su vida. Los actores están bien, sobre todo las mujeres, pues los hombres son solo los detonantes de las situaciones individuales, que caen en la representación psicopática del macho alfa, el WASP acomodado, que no es ni el psiquiatra de origen latino, ni el actor gay… que no es que lo sea en la película, pero aparentemente, algo no funciona bien con él, cuya agresividad no es motivo suficiente para unos cuernos. En definitiva, la premisa es conocida, el uso constante de los “flashbacks” y las escenas oníricas, juegan en su contra, así como la sobreactuación de la actriz principal, y la fácil resolución de la trama, le cobran factura. Con un solo “flashback” y una narración lineal, “The Girl On The Train” (2016) ambientada en los años 50/60, hubiera sido todo un éxito. Woody Allen hubiera hecho una obra maestra, pero ya tenemos “Match Point” (2005)
NO RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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