Al fin he vencido mi natural resistencia a ver esta serie de ciencia ficción y desde luego y sobre todo de acción, mi reticencia procedía fundamentalmente del hecho de imaginarla como algo sin ningún sentido argumental, donde únicamente brillaban los efectos especiales, descubriéndonos una asombrosa tecnología, con violencia por doquier, con un guión inconsistente y encima con el musculitos Arnold de protagonista.
Ciertamente hay mucho de todo ello en la cinta, pero por otra parte, justo es reconocerlo, es un espectáculo casi continuo, innovadora y con elevadísimos presupuestos, hasta ahora solo he visto las dos primeras entregas, que al parecer son las únicas que valen la pena, y me he divertido visionándolas, no se me han hecho demasiado largas, eso que la segunda tiene un metraje considerable, y he disfrutado en algunos momentos. En la primera hay una de las escenas de amor más hermosas que he visto en las pantallas, es un momento no muy dilatado, pero plenamente conseguido. En la segunda también, la relación que se establece entre el joven Connor y su protector es muy bonita y nos regalan algunas secuencias brillantes y emotivas.
Salí pues bastante satisfecho de estas dos entregas valorando más la parte humana, la que emociona, la que llega al corazón y disfrutando de algunas escenas espectaculares, aunque, eso si, lamentando que la acción y la violencia ocupen por abrumadora mayoría esas más de cuatro horas de cine.