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España España · Barcelona
Voto de picais:
9
Cine negro. Intriga Marx Dixon (Dana Andrews) es un conflictivo policía marcado por el fuerte carácter de su padre. En el transcurso de una investigación, hiere de muerte a un sospechoso y oculta el crimen. Un taxista (Tom Tully) es acusado como presunto autor del asesinato. Y, mientras tanto, Mark se enamora de su bella hija (Gene Tierney). (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posible que aun esté obnubilado y confundido por la fascinante presencia de la perfecta cara de Gene Tierney, en esos primeros planos que hipnotizan y perturban a partes iguales. Es difícil imaginar que pueda existir una cara tan perfecta, tan expresiva, y resulta increíble comprobar que no es un sueño, o tal vez lo fue y por eso resulta tan fascinante. A su lado otra estrella, Dana Andrews, actor por entonces totalmente consagrado que había participado ya en excelentes producciones, y especialmente reconocido por LAURA con la misma compañera de reparto y del mismo director. Un Otto Preminger, autor de un puñado de películas extraordinarias, entre las que sin duda se encuentra esta.
Pero la película es más que dos estrellas dirigidas por uno de los grandes, mucho más que eso. Como ejemplo baste decir que Tierney aparece en las primeras secuencias, y después no vuelve hasta pasados al menos veinte minutos y la película lo soporta. Es la puesta en escena, la fotografía, el guión, la dualidad del bien y el mal que parece pueden convivir en la misma persona, y una historia perfectamente planificada, con una tensión que va creciendo, un interés que va aumentando, muchas escenas que conmueven, emocionan, y que sin caer jamás en la sensiblería, hacen inevitable que alguna lágrima resbale, quiero pensar que incluso, por la mejilla del espectador más duro.
Como apasionado de ese género que llamamos cine negro, supuso para mí una gratísima sorpresa, disfruté con ella a fondo, note eso que solo se siente con determinadas películas, me abandoné al deleite sin cortapisas, al goce sin barreras, se me hizo tan breve que me pareció un suspiro. Está sin duda al borde de la perfección, y si no se mete de lleno en ella, es por su final que aun siendo excelente, tal y como venía la trama, podía haber alcanzado el cenit.
picais
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