"Chinatown" no es la mejor película de Polanski, pero tiene una trama interesante, algo enrevesada y correcta. De lejos sus mayores virtudes son un espléndido Jack Nicholson y ese final sorprendente. También el argumento destaca por su originalidad. Un investigador privado - que se gana el pan especialmente siguiendo el rastro a esposas infieles - es involucrado en una corrupción sobre el control del agua en Los Angeles. La verdad es que llama la atención lo fácil que deriva un asunto a otro, gracias al buen hacer del director (que se reserva un testimonial papel de matón, aunque determinante para la nariz del pobre Jake Gitties).
Puede respirarse en la película esa atmósfera de cine negro propio de films de Philip Marlowe al estilo de "El sueño eterno" o "El halcón maltés", si bien el título es bastante engañoso. No tiene demasiado que ver con los chinos