Que no os engañe la ambientación de "La cumbre escarlata" como un drama de época o una película romántica. Puede serlo por el contexto, pero estamos ante un buen recopilatorio de historias de casas encantadas y fantasmas, impregnado por el toque siempre un tanto gore de Guillermo del Toro. De hecho, aparte de reconocerse elementos clarísimos de "El Laberinto del Fauno" (ver spoiler 1), a los aficionados al género les vendrá a la mente títulos de culto como "Al final de la escalera" o "El hundimiento de la casa Usher" y sus derivados cinematográficos (ver spoiler 2). Es innegable que la puesta en escena tiene mucho de Poe y de Lovecraft, acompañada de una bonita y apropiada banda sonora de Fernando Velázquez ("Ocho apellidos vascos") y una fotografía que resalta lo lóbrego y sombrío.
Del Toro consigue atraparnos con un guión muy sencillo de seguir, pero tremendamente efectivo en cuanto a la temática sobrenatural que exige la película, con una más que respetable dosis de sustos y varios giros impredecibles. Sin embargo, se detectan ciertos fallos, uno de ellos garrafal que le impide estar a la altura de esos grandes clásicos (ver spoiler 3).
No obstante, el conjunto es acertado para no mermar la calidad de esta narración gótica victoriana que no defraudará a los amantes de lo espectral. Además, el trío protagonista está excelente (sobre todo Jessica Chastain y Tom Hiddleston). Eso, sin hablar de los secundarios camaleónicos Doug Jones (actor fetiche del director en papeles fantásticos, por ejemplo, el fauno) y Javier Botet (REC y el monstruo de Frankenstein en la adaptación teatral de la obra de Mary Shelley por Gustavo Tambascio).
Mi nota: 7,7