Buen thriller, con altibajos en parte de su desarrollo porque baja el ritmo, pero que repunta muy bien en el tramo final - a partir de la frenética persecución al vehículo sospechoso, no diré más -, sostiene un sólido guión y tiene un final creíble y muy efectivo (ver spoiler). Pero también creo que tampoco era como para arrasar con 10 premios Goya (el papel de Nerea Barros es muy normal, el sonido es regular en ocasiones y la banda sonora tampoco es que destaque como para que se te grabe en la mente).
Lo mejor de esta película es sin duda alguna, el planteamiento de la trama (seguramente inspirada en las niñas de Alcasser y en un escenario natural laberíntico tan fascinante como propicio para ocultar secretos), la fotografía, los parajes de Doñana y las interpretaciones de Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez. Pese a que ambos realicen normalmente trabajos relacionados con la comedia, quizá sorprenda más la de Gutiérrez porque a Arévalo ya lo vimos como actor dramático en "Los girasoles ciegos", por ejemplo. En cualquier caso, los dos brillan como duros polícías de distinta ideología, aunque este aspecto se va descubriendo más a lo largo de la película.
Mi nota: 7,6