La base de este documental es el hallazgo casual hace un par de años de un trozo de película de 3 minutos de duración. Este trozo pertenece a una filmación de un judío polaco afincado en Estados Unidos, que graba durante un viaje de vacaciones por Europa en 1938. En la grabación aparecen unos cuantos edificios y bastante gente.

Al principio no sabemos nada más. Y poco a poco, este estupendo documental va investigando con técnicas policiales y detectivescas para intentar descubrir todo lo posible sobre estos tres minutos. Y al final, a partir de tres minutos casi anecdóticos, se nos cuenta la vida de todo un pueblo.

Esto es el cine: contar historias y contarlas bien. Y en este caso, la historia es, además, real.

Muy, muy recomendable.