La serie va de mas a menos, y luego a menos hasta llegar a mucho menos.
Quiere ser una serie inteligente donde hay un plan maestro y resulta que tiene más agujeros que un colador, empezando porque es tan fácil acabar con el plan como quitar la potencia eléctrica al edificio.
Parece que el plan es genial, pero lo que pasa es que los policías son subnormales con estereotipos en todos lo aspectos. Con carambolas difíciles de tragarse y con tiradores de élite que aciertan menos que yo en la feria después de 10 cubatas. Por no hablar de las fuerzas de élite que siendo 15 contra 3 se esconden tras los sacos de arena en cuanto se oye un tiro.
Yo esta serie la he visto a contracorriente. No podía creerme que la gente de verdad quisiera que ganasen esa panda de atracadores a cada cual más insoportable. Y el remate de los discursos finales, dignos de un adolescente descerebrado, queriéndolos colar como justificación de todo este despropósito.
En fin, que muy mala.