John Wayne y James Stewart, James Stewart y John Wayne, el pijo y el anticomunista, dos tipos con madera de presidente de su preciado EEUU, guapos, altos, estadounidenses de pura cepa, con profundos valores tradicionales, machos alfa y derechosos a más no poder.

El hombre que mató a Liberty Valance junta a estos dos señoritos haciendo de, por un lado, el tipo duro tradicional del oeste y, por el otro, el hombre justo, noble y culto que lleva la civilización a los más recónditos lugares de U.S.A.
No es de extrañar que a muchos hombres y mujeres se les hiciera, y se les haga, el culo pepsi cola con esta película. Ellos quieren ser como el pijo y el anticomunista y ellas quieren al pijo y al anticomunista.

Sin embargo, aplicando aquí la justicia que en la película busca Stewart, no se puede negar que es esta una cinta para el recuerdo, una cinta de obligado visionado, una cinta que muchos han disfrutado y que muchos disfrutarán por más décadas que pasen, una cinta con una historia inolvidable, una cinta con grandes momentos, una cinta con uno de los flashbacks más recordados y una cinta donde una frase estúpida puede convertirse en mítica.

Sí, pero era MÍ filete.