Un tío vive toda su vida en un bunker bajo tierra, completamente ajeno al mundo exterior, con su padre y con su madre. Con más de treinta años sale, por fin, al mundo real.

Esta es la base de la película. A partir de aquí se pueden seguir muchos caminos, los creadores de Buscando a Eva se decantaron por hacer de esto una comedia romántica, qué le vamos a hacer.

Pese a que la premisa de la que se parte dé pie a una historia mucho más rica en contenido que la que finalmente se nos ofrece, es interesante ver cómo una comedia romántica puede tener una trama original y bien elaborada. Cuando ves una comedia romántica lo único que buscas es entretenimiento, teniendo claro de antemano que el guión va a brillar por su ausencia ya casi te pones en modo automático y apagas el cerebro. La inmensa mayoría de las películas norteamericanas de este género son iguales entre sí, con mínimas variaciones en la trama y poco más. No obstante, en contadas ocasiones, nos encontramos ante una peli que nos da una grata sorpresa y que, pese a que siga teniendo patrones comunes con el resto de las de su género, nos ofrece algo nuevo e interesante. Buscando a Eva es una de estas agradables excepciones.

El otro día estuve paseando por la sección de películas de cierto local en cierto centro comercial cuando, en la sección de dvd (no Blu-ray), y tras rebuscar un poco, me encontré (escondida) esta cinta que ya había visto un par de veces en el pasado y casi había olvidado. La volví a ver y la volví a disfrutar. Puede que pasen unos cuantos años más y me olvide de ella. Pero si por cualquier cosa la vuelvo a recordar, la volveré a ver y probablemente la volveré a disfrutar.

No es nada del otro mundo (evidentemente), tiene muchas de las gilipolleces de las comedias románticas y muchas otras tonterías, pero también tiene toques diferentes que le dan ese puntito especial.