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Voto de DaniBalboa:
8
Terror Jack Torrance se traslada con su mujer y su hijo de siete años al impresionante hotel Overlook, en Colorado, para encargarse del mantenimiento de las instalaciones durante la temporada invernal, época en la que permanece cerrado y aislado por la nieve. Su objetivo es encontrar paz y sosiego para escribir una novela. Sin embargo, poco después de su llegada al hotel, al mismo tiempo que Jack empieza a padecer inquietantes trastornos de ... [+]
27 de abril de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo tengo un problema con las películas de miedo: Que no me dan miedo.

Sí, muy a mi pesar tengo ese problema desde hace muchísimo tiempo y me fastidia bastante porque me priva de disfrutar otro género cinematográfico más como lo es el terror. Es algo que solo me pasa con este tipo de películas y, de hecho, he probado de todo; si por una u otra circunsancia tengo que dormir solo en mi casa, y al día siguiente no tengo que madrugar, igual aprovecho y utilizo esa soledad para ver, después de medianoche, una película con la que supuestamente me cagaría vivo.

Pues ni con esas. No me dan miedo, nada, ni una pizca. Acaba la película y me levanto tan ricamente del sofá hacia la cama aunque tenga que atravesar todo un largo pasillo a oscuras.

Y ¿por qué?. Pues porque en estas películas me fijo en otras cosas que no debería fijarme. Pienso en cómo rodarían tal secuencia, qué le diría el director al actor para que pusiera esa cara de susto, me pregunto cuántas veces tendría que repetir el grito la chica hasta que quedase correcto, me imagino todo un equipo lleno de micros, pértigas, sillas, cables, cámaras, director, maquilladores...detrás de la escena que estoy viendo y pierde toda la gracia que pudiera tener. No sé por qué me pasa pero me pasa. Y me pasa solo con las películas de terror.

En el resplandor, que es la película que nos ocupa, me pasé las dos horas diciéndome a mí mismo "Coño, qué bien se le dió siempre a Jack Nicholson poner cara de loco", "Qué raro, perfeccionista y particular que era Kubrick", "Cuántas veces repetirían la escena para que la pelota cayese justo ahí", "Qué guay y que bien se ve la escena del niño recorriendo el hotel con triciclo", "Qué haría yo si tuviese un hotel y tantísima comida para mí solo", "Cómo haría la escena de la sangre, ¿con chocolate?, ¿con vino?"...

Y así como comprenderéis, es imposible que te de el más mínimo miedo. También es verdad que no creo que nadie se altere por ver al crío hablando con el dedo mientras lo mueve de arriba abajo, todo hay que decirlo.

Ahora bien, dejando a un lado este hecho y mis problemas para con el género terrorífico, la película me gustó mucho y salta a la vista lo buena que es. Y ojo, que se ganó dos bonitas nominaciones a los Razzies (peor director y peor actriz).

El resplandor comienza realmente bien, con buen ritmo, enseguida te metes en la trama y te interesas por la historia. Y es que además, la premisa de la que parte es muy buena, muy atractiva. Ahora podríamos decir, con tropecientas ediciones de grandes hermanos a nuestras espaldas, que puedes aguantar aislado del mundo tantos meses como se quieran, pero yo no lo veo tan claro. Un hombre acompañado durante tanto tiempo de su mujer y su hijo, aislado de todo y de todos, frustrado y con problemas a sus espaldas, ¿aguantaría realmente esa situación o acabaría por enloquecer?.

Bien, es cierto que la novela de Stephen King difiere bastante de esta obra de Kubrick y que en aquella se explican varias cosas que aquí se omiten, como la maldición intrínseca de la casa causada por el cementerio indio que tiene bajo sus cimientos, que es la causante de la locura del protagonista. Pero a mi me gusta más mantenerme alejado de maldiciones y de cosas sobrenaturales para centrarme en la evolución del pensamiento del personaje de Jack, sus paranoyas, sus miedos, su demencia y sus nuevos instintos. Ahí Kubrick gana puntos.

Y sigue ganando puntos por su consabida habilidad para dirigir, te gusten o no sus películas. Ese perfeccionismo, ese cuidado del más mínimo e imperceptible detalle, esa exigencia propia y ajena exagerada. La luz, el sonido, los colores, los planos...todo está perfectamente elaborado por este icono del cine.

Y sigue ganando puntos por esa forma de jugar descaradisimamente con el espectador, dejando a la libre interpretación multitud de preguntas abiertas.

Y bueno, qué decir de las actuaciones. Pues que Jack Nicholson lo b-o-r-d-a, como no podría ser de otra manera. Este papel era para él, escrito para él, pensado para él, pues nadie más lo habría hecho como él. Quién puede mostrar un trastorno tan expresivo y característico como Jack, quién puede transmitir ese paso a la demencia como Jack, quién puede decir tanto sin necesidad de abrir la boca. Nadie más que Jack.
En cuanto al hijo y la mujer no tengo mucho que decir, creo que lo hubiera hecho igual, mejor o peor cualquier otro actor y actriz. Si bien es verdad que Shelley Duvall tiene una cara particular hasta decir basta que incluso provoca escalofríos cuando abre tanto los ojos.

Por último, sí, la he visto doblada y sí, a petición del ultracontrolador Kubrick se realizó un doblaje a dedo que quedará en la historia del cine como uno de los mayores fiascos. Lo siento amigo, pero no siempre es mejor tomar todas las decisiones, hay veces que es mejor delegar y dejar decidir al que sabe. De todas formas, es tan raro escuchar la voz de Verónica Forqué, queda tan de mentira y es esto tan carcaterístico de El resplandor que empiezo a considerar que esta tara, este grandísimo defecto, hace que esta peli sea más particular si cabe y logre repercutir finalmente en beneficio.

No, definitivamente no. El doblaje es una mierda, ya no sé ni lo que digo.
DaniBalboa
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