Pues hay que ser astuto para entrar a trabajar en un instituto sin tan siquiera haber hecho una entrevista previa sin haber mandado tu currículum sin hacer oposiciones y sin tener ninguna preparación. Y no para dar una asignatura no, para dar todo lo que se ponga por delante, lengua, gimnasia, francés... no se de que se quejan en España si entrar a cotizar es tan fácil como plantarse en medio de un instituto bien vestido y bien afeitadito.
No es solo esto lo que no se cree nadie con un cuarto de dedo de frente. Yo por lo menos no me creo esto:
Que haya una profesora más salida que el pico de una plancha que se enamora de un profesor al segundo de verlo por primera vez.
La cantidad de efectivo que manejan los chavales.
Que haya un tío tan sumamente gilipollas como para dedicar cada minuto de su vida a hacer la vida imposible a 3 renacuajos que acaban de empezar el instituto.
Etcétera.
Es esta una comedia de instituto, con todos los ingredientes de comedia de instituto:
Protagonista/s raros, frikis, marginados.
Abusón.
Esa taquilla que siempre se atasca y es abierta con un sencillo truco del chico o la chica de los sueños del protagonista.
Fiesta en mansión.
Lo único que eché de menos fue el baile de fin de curso pero eso es más de comedia romántica que comedia a secas.
Pese a todo esto le doy un 5 porque en algunos ratos me reí, porque Owen Wilson siempre consigue hacerme reír, y porque tengo que valorar la película por lo que es, una comedia que quiere entretener sin tener que pensar, que seguramente haya alguno que la quiera comparar con Casablanca.
Por cierto cómo huele el intento de volver a hacer un Supersalidos.
Lo mejor: Owen Wilson y los tres frikis.
Lo peor: El abusón, la profesora, y los vagabundos.