El tíutlo de esta película bien podría ser el mandamiento número uno del siglo XXI. Si tu vecino no es un yihadista es un posible yihadista, si no un simpatizante yihadista, si no un quinqui, si no un ladrón, si no un extremista, si no un radical, si no un pervertido, si no un perroflauta, si no un fiestero y si no un marciano.

Lo curioso es que en esta peli el vecino a temer es un impoluto y aparentemente inofensivo Tim Robbins, con una buena casita, mujer, hijos, jardincito, coche familiar y barbacoa. Es decir, el tío del que nunca sospecharías.

Por suerte nos ha tocado un director listo, un director avispado. Si es que ya lo digo yo, si en la peli del Titanic hubiera un experto en icebergs el barco no se hubiera hundido y Leo estaría vivo, si en El rey león hubiera un experto veterinario Mufasa no habría muerto y si en Bailando com lobos hubiera un experto traductor no nos habríamos pasado media película leyendo subtítulos. Aquí el director suma 2+2 y tiene claro el resultado: 4.

Si el vecino del A es un terrorista el del B es un experto en... TERRORISMO.