El film es una comedia ligeramente ácida, romántica, sentimental, blanda e inofensiva y con todos los tópicos que se quieran añadir de un infinito repertorio. Pero también es una película pesada, más bien aburrida, pero con el encanto especial de recordarnos la versión original. Es un film con pretensiones, siendo esta su mayor des virtud. Y lo más importante, sus largos 117 minutos del metraje llegan a cansar al indefenso espectador. En cuánto a los actores, Bill Murray y Sigourney Weaver, están colocados en el film de manera testimonial y de auténtico relleno, siendo nula su aportación a la película.
Resumiendo: Para rellenar dos horas sin calenturas de cabeza. No la recomiendo, un 4.