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Voto de Kyrios:
6
Bélico. Drama Guerra de Vietnam. Recién incorporado a su pelotón, en la jungla vietnamita, el soldado Eriksson (Michael J. Fox) es testigo de un crimen brutal cometido por sus compañeros. Incapaz de permanecer al margen, se enfrentará al resto del pelotón, pero sobre todo al sargento Tony Meserve (Sean Penn), un hombre enérgico y carismático pero desquiciado por el horror y la brutalidad de la guerra. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El dicho dice que la mayoría de films norteamericanos y sobre todo los blockbusters veraniegos apoyan a su gobierno así como su política exterior. La frase en gran parte es cierta y más si tenemos en cuenta los episodios bélicos en los que se ha visto inmerso el país y el gran apoyo propagandístico que fue el cine. Pero hay una clara excepción, y esa fue la guerra del Vietnam. Una guerra, que a diferencia de las muchas otras en las que se han visto involucrados, no contó con una mayoría popular que la aceptase y no fue poca la gente que rechazó con autoridad la propuesta. El caso es que el cine logró mostrar el rechazo de este episodio sangriento y oscuro, y se cuentan con decenas las películas que han mostrado una visión crítica de la contienda. De hecho, una de las pocas películas que podemos contar a favor del conflicto fue Boina Verdes, realizada en el 1968, y dirigida e interpretada por John Wayne, un hombre que políticamente siempre se le ha relacionado con una ideología conservadora.
Precisamente la Chaqueta Metálica de Stanley Kubrick recoge el argumento de Boinas Verdes para darle la vuelta y parodiarlo de una manera genial. Por otra parte tenemos a Apocalypse Now del genio de Coppola y otras películas célebres como Platoon de Oliver Stone como obras que se oponen y se opusieron a la locura generalizada de una guerra que fue una auténtica barbarie.

Brian de Palma, una de las figuras más interesantes del cine contemporáneo, también ha tratado en su filmografía el tema de la guerra. En su reciente redacted, dirigida en 2007, realiza una crítica sobre el abuso por parte de los soldados enviados a Irak sobre la población de allí. Aunque la película fuera irregular, demuestras de manera bastante evidente las posiciones políticas de un artista bastante comprometido en este aspecto. De hecho, su primera película, Saludos (interpretada por Robert De Niro), nos habla sobre la guerra del Vietnam, y pese a que la película no es precisamente una de las más famosas de su filmografía, hay que recordar que está grabada ni más ni menos que en 1968, en plena ebullición de la guerra.
Pero, sin duda alguna, la película con la que marcó su carrera en este sentido, fue Corazones de Hierro, rodada en 1989. Seguramente la película no alcance el nivel de otras películas que se han rodado sobre el conflicto, e incluso por debajo de otras películas de la propia filmografía del director, pero sin duda se trata de un retablo más que forma parte junto a otras decenas de retazos de lo que muchos directores quisieron plasmar en sus películas, el infierno de la guerra.

Lo que sí es cierto, es que la película de De Palma consigue un aura bastante personal, con un argumento ciertamente inusual en este tipo de películas. Y es que el argumento del film está bastante alejado de lo que se venía ofreciendo en las películas bélicas (o mejor dicho, antibélicas). En corazones de hierro no encontramos grandes batallas, ni pelotones de instrucción o efectos pirotécnicos como nota dominante, sino que el eje de la película está resuelto en un pequeño grupo de soldados y de cómo el director es capaz de hacerlos interactuar entre sí.

Porque es cierto que muchas veces se ha criticado la guerra del Vietnam, pero en la mayoría de ocasiones se ha hecho caso omiso a la actuación de los soldados, y en más de una vez se los ha tildado como meros muñecos al servicio de los grandes poderes. La película, en este sentido, intenta romper con esta tradición para reflejar que la locura de la guerra muchas veces viene impuesta por la propia gente del aquí y el ahora. Sólo hay que recordar el argumento de la película y la frase con la que comercialmente se anunciaba en diversos cárteles. Un grupo de soldados decide rifarse a una mujer vietnamita para posteriormente violarla y dejarla tirada su suerte. La frase lo deja claro, incluso en la guerra, un asesinato es un asesinato.

Corazones de Hierro nos habla en gran parte de las coacciones y de la moral que se establece en una guerra, si es que esta última frase tiene algún sentido. Michael J Fox es el único personaje con algo de sentido común en el pelotón en el que está integrado, y el único personaje con algo de calado moral en toda la película. Una de las cosas que mejor realiza de Palma en la película es saber radiografiar de manera casi hiperrealista las relaciones que se establecen en un ambiente tan despiadado como la guerra. Seguramente, la escena que se quedará para siempre en la retina a más de uno, es el momento en que el líder del equipo, interpretado por un magnífico Sean Penn decide que todos los soldados violarán a la joven, y como este coacciona a los demás a hacerlo. Es una clara señal de que muchas veces hay actos que se cometen para aceptar la orden de los superiores así como por el contexto social y son imágenes que nos remiten precisamente a otras que salieron con la guerra de Irak en la que muchos soldados cometían actos totalmente vejatorios con tal de simplemente, cumplir órdenes.

Por este mismo motivo, el final no se puede considerar un final feliz, sino que precisamente De Palma realiza un cierre más que brillante, cuando después de los diversos juicios que realiza Michael J Fox después de denunciar a sus compañeros y reintegrarse en la sociedad, se siente totalmente amenazado por sus antiguos compañeros y gira la cabeza con miedo a ser perseguido, como muchos de los hombres que volvieron del Vietnam con problemas y serios trastornos mentales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kyrios
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