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Voto de Kyrios:
5
Terror. Thriller. Intriga Hace tiempo que un asesinato dejó huérfanos a dos niños. Las autoridades culparon al hermano, pero la hermana creció creyendo que el verdadero culpable había sido un antiguo espejo maldito. Ahora, completamente rehabilitado y con veinte años cumplidos, el hermano está listo para empezar de nuevo, pero la hermana está decidida a demostrar que fue el espejo lo que destrozó a su familia. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oculus (Oculus: El Espejo del Mal, 2013) es una atractiva propuesta de terror que a pesar de estar realizada el año pasado ha entrado en España mediante el Festival de Sitges del presente año, haciéndose hueco dentro del certamen. La película la dirige Mike Flanagan, director que prácticamente podríamos clasificar como novel, pues Oculus: El espejo del Mal es su segundo largometraje (sino tenemos en cuenta sus proyectos dentro de la academia), después de que en el año 2011 dirigiera Absentia (Absentia, 2011), otra película que se adentra dentro del género de terror.

Pero además, hemos de tener en cuenta que Oculus: El Espejo del Mal no es una idea que aparece en la mente del director de la nada, sino que ya la encontramos en un mediometraje dirigido por el propio cineasta en el año 2006, titulado Oculus: Chapter 3-The Man With no plan (Oculus: Chapter 3-The Man with no Plan, 2006) y que trata el mismo tema que su última película, un espejo encantado que provoca desaguisados terroríficos al que se enfrenta a él. Además, escenifica en gran medida la misma propuesta que encontramos en la película, y podemos tildar el mediometraje de anteproyecto (en dicho mediometraje, un hombre exponía que estaba frente a un espejo maligno y que tenía un plan para destruirlo, tal y como sucede en la película, sólo que ahora la encargada del plan es la hermana de la familia).

Así es, Oculus: El espejo del Mal nos introduce en una historia fantasmagórica y sobrenatural, que atañe principalmente a dos protagonistas, interpretados respectivamente por Karen Gillian y Brenton Thwaites. Ambos comparten un pasado traumático que les une con la leyenda oscura de un espejo. El pasado y el presente se unen en una narrativa bastante inusual que juega constantemente a unir estas dos líneas narrativas. Esto tiene sus pros y sus inconvenientes.

Por una parte la película muestra un empaque importante. A priori puede parecer que la película nos quiere decir algo. La relación entre los dos hermanos resulta de lo más interesante, más si tenemos en cuenta la habitual desidia con la que se tratan los personajes en el cine de terror. Los constantes flashbacks que nos remiten a su historia nos ayudan a entender mejor el presente pero sobretodo crean una historia detrás. Ahora bien, en gran medida, muchos momentos sólo sirven para entorpecer el presente y acabar ralentizando el tempo de la película. Es decir, lo que nos interesa es lo que está sucediendo con los dos hermanos en el momento actual y no su pasado, en parte porque la película ya lo había avanzado en los primeros compases del metraje y lo único que hace a partir de ahí es contar detalles en cierto sentido irrelevantes.

La película crea terror a partir de una mezcla efectiva. Inevitablemente la película puede recordarnos (no diré plagiar porque ciertamente no es así) a las recientes películas de James Wan, en especial al mundo que este elaboró con Insidious. Lo podemos comprobar en la conexión que existe entre los dos mundos de la película, el sobrenatural y el humano. Lo cierto es que los seres fantasmales que provienen de la dimensión del espejo tienen ciertas semejanzas con los que veíamos en el mundo de Insidious. También en la concepción de la atmósfera que elabora la película, que indiscutiblemente juega con los claroscuros y las sombras. Un claro ejemplo lo vemos en la puesta en escena, que no tiene ningún pudor en enmarcar en ocasiones a los personajes en planos donde la sombra oculta claramente su rostro, como podría ser la conversación que tiene en la subasta entre la hermana protagonista de la película y su prometido.

Otra vena que hay en el filme se relaciona con películas como 1408 (1408, 2007) donde la realidad quedaba continuamente alterada por la malignidad. Así, nuestros protagonistas nunca están seguros de lo que está sucediendo, porque podría ser perfectamente una trampa ilusoria del espejo. La película avanza y retrocede en función de las diferentes alucinaciones que se desarrolla en el filme.

Una puesta en escena correcta y una factura técnica aceptable dan el suficiente empaque a la película. Mike Flanagan dota a la película del interés suficiente para que el espectador se quede hasta el amargo final de la cinta, que rompe los esquemas de los que esperaban que la película transcurriera con un Happy End (algo que parecía posible después de que la relación entre los dos hermanos fuera mostrada por los sucesivos Flashbacks)


http://neokunst.wordpress.com/2014/11/12/oculus-el-espejo-del-mal-2013/
Kyrios
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