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Voto de Kyrios:
8
Comedia. Drama Estados Unidos, años 30. Durante la época de la Gran Depresión y la Ley Seca, un estafador de poca monta que intenta vender biblias a las viudas, se hace cargo a regañadientes del cuidado de la hija de una antigua amante. La niña no sólo aprende rápidamente todos los trucos del oficio de su protector, sino que incluso le ayuda, en algunas ocasiones, a salir de apuros. Una comedia dramática con excelentes críticas, especialmente en Estados Unidos. (FILMAFFINITY) [+]
2 de septiembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo hay una palabra para definir Paper Moon (Luna de Papel, 1974) y es ternura. La película forma parte junto a The Last Picture Show (La última película, 1971) y What’s Up Doc? (¿Qué me pasa doctor?, 1972) de La trilogía más interesante dentro de la filmografía de su director, Peter Bogdanovich, uno de los directores más importantes de los años setenta.

Algunas malas lenguas afirman que Bogdanovich debe gran parte de los mejores momentos de estas tres películas a la que por aquel entonces era su mujer, Polly Plat. Ambos formaban una pareja cinéfila hasta la médula, y esa pasión por el cine se plasmaba en las películaas de Bogdanovich. Desde luego no parece casualidad que una vez la pareja se disvolvió, la trayectoria de Bogdanovich fue cuesta abajo y sin frenos.

Pero más allá de estos rumores de los que nunca llegaremos a saber el fondo de la verdad, lo cierto es que Luna de Papel es una de las mejores Road Movies que nos ha dado el séptimo arte. Porque, efectivamente, la película pertenece a este subgénero. La película, que adapta, mediante guión de Alvin Sargent, una novela de Joe David Brown nos cuenta la historia de un auténtico pillo interpretado por Ryan O’Neall que por casualidades de la vida, conoce al personaje interpretado por la pequeña Tatum O’Neall (como puede verse por los apellidos, ambos son padre e hija). Ambos formarán una pareja de pequeños pícaros, que emplearán todo tipo de trucos para conseguir dinero con el que seguir adelante.

Porque la película se ambienta en los años treinta, y cogiendo como marco la América más rural y depresiva. De hecho, estos ingredientes tendrán una función bastante importante en la película, como un importante telón de fondo. Así, a lo largo de la película somos testigos de la terrible depresión ecónomica que azotaba los Estados Unidos en aquellos momentos (resonancias terribles del crack del 1929) pero también de la prohibición del alcohol, con la famosa ley seca. En este aspecto hay que destacar que la película se hace eco de estas cuestiones pero no con un trazo grueso, sino con una vena sutil y llena de sensibilidad. Por ejemplo, Bogdanovich no subraya sobremanera las familias pobres, víctimas de la crisis, sino que nos muestra una escena preciosa, que tiene lugar en el momento en que observamos a la pequeña joven, perdonar el pago de la biblia cuando observa los numerosos miembros que forman la familia o con algunos planos que nos muestran las enormes carretas repletas de familias que debían abandonar sus tierras con tal de poder buscar un futuro más próspero.

La película gira pues en torno a las diversas acciones que cometen nuestros protagonistas, que andan sin rumbo fijo, deambulando entre multitud de pueblos con tal poder conseguir estafar a una nueva víctima. Las diversas acciones que nos muestra Luna de Papel y los conflictos con los que se enfrentan sus personajes sirven de óbice para que la película haga evolucionar a sus personajes. Pero sin duda, más allá del desarrollo de la película, lo que destaca en Luna de Papel es su brillante sensibilidad.

Personajes tan teóricamente poco atrayentes como los que forman la pareja principal, consiguen sin embargo emocionar debido al tratamiento tan cuidado que realiza Bogdanovich sobre ellos. Ryan O’Neall nos presenta un personaje que ya desde las primeras de cambio muestra sus pocos escrúpulos al público, cuando trata de engañar a la pobre niña. Sin embargo, el personaje acabará padeciendo un proceso de Quijotización, adquiriendo la sensibilidad y gracia de la niña a la que acabará adoptando finalmente como si fuera su hija. Por su parte, la niña interpretada por Tatum O’Neall es un tierno carácter que busca un futuro que parece que la vida le ha negado con la muerte de su madre. Desamparada y totalmente sola, Ryan O’Neall acabará adoptándola como compañera de hurtos, enseñándole sus mejores trucos

La fotografía, a cargo de Lazslo Kovacs aporta una belleza plástica de primer nivel. Rodada en Blanco y negro, la película muestra con profusión de detalles unos años treinta que viven y laten a cada segundo de metraje. La puesta en escena de Bogdanovich aporta una esencia característica a la película El director emplea una gran variedad de planos que utiliza de manera inteligente para describir cada secuencia. Por ejemplo somos testigos de los primeros planos generales que nos muestran la soledad de la niña interpretada por Tatum O’Neall.con el enterramiento mostrado siempre con este recurso, que nos define a los pocos asistentes al entierro en un entorno totalmente aislado. O los memorables primeros planos colocados en el capó del coche y apuntando a la carretera que están montados siempre que nuestros protagonistas se aventuran en un nuevo desafío.

http://neokunst.wordpress.com/2014/09/02/luna-de-papel-1973/
Kyrios
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