Todo lo ya dicho respecto a esta cinta es compartido. Cuando el protagonista recupera su lucidez nos envía aquel mensaje del "carpe diem" que se nos vuelve a olvidar tan pronto comienzan los créditos. Bravo por De Niro y su capacidad de adentrarse en aquel mundo desconocido y que debe ser como el regresar de la muerte para contárnoslo.
Tengo solo un reparo: Si el muchacho tenía 11 años cuando se sumió en aquel letargo misterioso e incomprensible y durmió durante 30 años, siendo los hechos ocurridos en el 28, ¿Cómo es que aparecemos ambientados en 1969, fotografía de Armstrong en la luna mediante?. Para que los tempos cuadren es necesario situar la enfermedad el año 39 cuando la epidemia sucedió hasta el 28. De ahí la razón que todos los demás pacientes sean mayores. Es verdad que esto no resta méritos a la historia y a su desenlace, pero es curioso que haya pasado desapercibido en el guión.