Todo lo ya dicho respecto a esta cinta es compartido. Cuando el protagonista recupera su lucidez nos envía aquel mensaje del "carpe diem" que se nos vuelve a olvidar tan pronto comienzan los créditos. Bravo por De Niro y su capacidad de adentrarse en aquel mundo desconocido y que debe ser como el regresar de la muerte para contárnoslo.
Tengo solo un reparo: Si el muchacho tenía 11 años cuando se sumió en aquel letargo misterioso e incomprensible y durmió durante 30 años, siendo los hechos ocurridos en el 28, ¿Cómo es que aparecemos ambientados en 1969, fotografía de Armstrong en la luna mediante?. Para que los tempos cuadren es necesario situar la enfermedad el año 39 cuando la epidemia sucedió hasta el 28. De ahí la razón que todos los demás pacientes sean mayores. Es verdad que esto no resta méritos a la historia y a su desenlace, pero es curioso que haya pasado desapercibido en el guión.

Sin embargo, el protagonista ve frustradas sus xenófobas y enfermizas convicciones cuando en la cárcel sus camaradas de culto traicionan las desviadas directrices de su sesgo racial sociabilizando con aquellos parias latinos y afroamericanos en el comercio de drogas. Sin embargo, es la prisión en donde se revela con sus congéneres, lugar donde, para sobrevivir es necesario prescindir de aquellos pseudo-valores para jugar al juego de la supervivencia. En prisión todos los convictos se entrelazan en reglas tácitas de sometimiento y poder. Es necesario haber estado ahí para comprender. Sin aquel vuelco, nuestro nazi hubiera continuado con su escalada de odio y crueldad que lo arrastraron hacia aquel destino. Crudo y vívido relato de los bastiones del nazismo que aún permanecen en todas las sociedades. Un verdadero llamado de atención para toda la juventud permeable y susceptible de influencias. Este film debiera ser obligatorio de revisionar y ensayar en todas las aulas escolares para inocular de conciencia y respeto por nuestros pares. Sin embargo, la lucidez del mensaje fílmico es tan efímera y utópica como la vida misma.