Eso de que la mujer "civilice" al hombre es una cosa muy antigua que ya aparece en el poema sumerio de "Gilgamesh", escrito varios siglos antes de Cristo, concretamente con el personaje de Enkidu. Sin embargo, no es exactamente lo mismo que sale en "Siete novias para siete hermanos". Porque en este toma y daca que se traen, el proceso es casi inverso: son ellos las que las alejan del civismo aunque para eso tengan que afeitarse y aprender buenos modales, poca cosa. Algunos tachan inocentemente la película de retrógrada cuando es precisamente progresista pero de 1954 lo que la hace parecer vieja para las nuevas generaciones. Estamos otra vez como en Tarzán, "liberando" a la mujer de convencionalismos, reglas sociales y una moralidad eminentemente conservadora que limita los impulsos del corazón... y de otra parte del cuerpo que no voy a nombrar. Ahí reside el carácter emancipador y revolucionario de esta propuesta. Si para eso los progresistas de los años 50 tienen que ponerlas a ellas poco más que de idiotas, arrastrándose como bobas al primer gañán que vean, no es una cosa que les importe lo más mínimo.

Ideologías al margen, estamos hablando de un musical ágil, divertido y muy colorido. Incluso tiene números antológicos. Por ejemplo, el megabaile que se marcan cuando construyen el granero. Lo que pasa es que a mí los musicales no me hacen mucha gracia. Sentir algo con estas cancioncillas entre pastelosas y simples me parece imposible y en conjunto la propuesta de Donen te suena tan falsa como esos decorados de cartón piedra. Claro que tampoco ayuda esta historia tan irreal y tan desagradable al mismo tiempo que melosa. No soy nada amigo de lo políticamente correcto pero con el episodio de las Sabinas se pasan tres pueblos. Es cierto que se resuelve con simpatía pero aún así, la idea que subyace es que, en el fondo, una mujer es o tiene que ser como un hombre. Es decir, que tienen que dejarse de melindres, caprichos y chiquilladas. Eso de escoger y hacerse valer es muy reaccionario y muy poco igualitario. Los hombres, supuestamente, no lo hacemos. Lo que queremos es pillar. Haced lo mismo, pues da igual un hombre que otro con tal de "cazarlo". Para que luego digan que no es feminista, igualitaria y progresista.