La comparación entre "Grease" (1978) y "Grease 2" (1982) es un gran ejemplo de eso que llamamos la magia del cine. En realidad, las dos son bastante parecidas. Cogemos a un par de pandillas de chicos y chicas lideradas por una pareja de guapitos, los metemos en un instituto y añadimos motos, coches, bailes y canciones todo aderezado con un guión lleno de tópicos, humor y mucho romance. Y sin embargo, en la original nos sale un peliculón y cuatro años más tarde, una horterada. Porque esta versión que dirige Patrice Birch es mala y peor aún, llega a ser pastelosa, además de aburrida. No sólo la de 1978 la supera con creces en todo sino que aquí incluso no hay sátira, ni gracia, ni nada salvo unos tipos que están haciendo la mayor parte de las veces el ganso. La mejor prueba de su fracaso es que nunca se llegó a rodar una tercera parte, cosa obligado cuando la secuela funciona.

Dicho esto, quiero destacar algunas virtudes de esta continuación no sé si por respeto y admiración a su predecesora. Por ejemplo, Michelle Pfeiffer está muy guapa, puede que a sus 24 años, más que nunca, aunque para mi gusto siempre ha sido demasiado delgada. Su pareja con Maxwell Caulfield no tiene la química de la de Olivia Newton John y John Travolta (anda que comparar a este con el pobre Adrian Zmed), como tampoco la banda de los "T-Birds" y las nuevas "Pink Ladies" con los antiguos (como todo en esta película) pero bueno. Por cierto, después de "Fama" (1980) ¿qué pinta Maureen Teefy en esta parida de película? Luego las canciones son bastante peores pero aún son bonitas "Brad", "Prowlin'" y "Girl for All Seasons" y especialmente "Charades". Mención especial para las gemelas Jean y Liz Seagal, muy monas y para las bailarinas que aparecen en siluetas de "Prowlin", muy sexys.