¿De qué irá esto? me preguntaba durante los primeros convencionales cinco minutos. Y entonces, descubro una idea, además de tremendamente original, brillantísima, con unas posibilidades infinitas para crear situaciones delirantes y arrancar carcajadas continuas. Mi cerebro comenzó a carburar anticipando tramas, situaciones y motivaciones para sacar el máximo provecho al planteamiento. Desgraciadamente, Fernando León de Aranoa no sabe continuar la historia cayendo en lo trivial. Va con el freno echado y cuando se suelta, lo único que nos ofrece son forzadas escenas sexuales, que parece que no pueden faltar en todo cine español.

Al final, muy poco enredo, menos risas y una tendencia hacia el drama completamente fuera de lugar. Sencillamente el director, que también es guionista, se ha equivocado en sustituir la comedia loca por este intento de analizar la soledad y los conflictos familiares, en sí, bastante mediocre. Por otro lado, nada hay que criticar al reparto, del que destaco a Agata Lys y a una jovencita y mona Elena Anaya, aunque nunca la veremos tan guapa como en "Val Helsing" (2004), pero sí a la música de cuerda excesiva y repetitiva. En definitiva, película apreciable sólo por una idea que habría que haber enviado a Jim Carrey para que hiciera un bombazo.