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Voto de Reaccionario:
5
Western. Romance James McKay (Peck), un capitán de navío retirado, viaja desde el Este a las vastas llanuras de Texas para casarse con Pat Terrill (Baker), la hija de un rico ganadero. El choque entre McKay, hombre pacífico, culto y educado, y los violentos y toscos rancheros es inevitable. No sólo tendrá que enfrentarse con el capataz Steve Leech (Heston), sino que incluso su novia se sentirá decepcionada por su comportamiento. Mientras tanto, el padre ... [+]
31 de octubre de 2011
18 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Horizontes de Grandeza" es una película técnicamente bien realizada. El reparto es muy bueno, los personajes están muy bien dibujados, la trama es interesante y la dirección es solvente. Aún así la película no logra alcanzar, pese a los entusiastas que la sobrevaloran, las posibilidades que atesora, especialmente por dos razones de gran importancia.

La primera es que el final es de lo más extraño. Si diría que Wyler tenía unas prisas enormes en acabar la cinta (son 159 minutos) y lo que hace es dejar la historia inconclusa. Nada sabemos de Steve Leech y Pat, incluso con la precipitación llega a hurtarnos el desarrollo lógico, el climax que de sentido a la cinta para introducir una historia bastante forzada y hasta inverosímil con el clan de los Hannassey. Por eso todo el desenlace es tan flojo.

Y la segunda razón enlaza con la primera y la principal de porqué no acaba de funcionar "Horizontes de Grandeza". Que al final uno no sabe que es lo que quiere decirnos el director y qué es lo que le pasa al protagonista James McKay. La dicotomía entre un hombre pacífico y educado y unos rancheros toscos y violentos es FALSA. McKay es tan tosco y violento como sus "rivales" pero con la diferencia que trata de hacerlo todo a escondidas desde pelearse con quien le provoca hasta domar a un caballo. Todo para demostrarse así mismo que es más que nadie. Por eso el personaje resulta ser bastante insoportable porque trata de engañar a todo el mundo, incluida a su prometida, comportándose como lo que no es.

Ciertamente hubiera sido interesante presentar a un McKay pacífico y cobarde, que no supiera pelear, ni nada de lo que se supone en esas tierras que es la masculinidad. Pero entonces el protagonista tendría que haberse ganado el respeto de los demás haciendo algo realmente valeroso pero manteniendo sus principios de no violencia, de moderación, de entendimiento, etc. porque lo que hace el director y McKay es engañarnos. A fin de cuentas, dice que no vale la pena de pelear y más tarde va a pelearse con quien le molesta. ¿En qué quedamos?

Resumiendo, McKay resulta ser un falso, porque no es como pretende hacernos creer; es un egoísta, porque sólo le importa el mismo (no tiene en cuenta los sentimientos de nadie, ni de su prometida); es un prepotente, porque siempre quiere quedar por encima de los demás (por eso no quiere montar al caballo al principio por miedo a que lo tire) y además es un cobarde, porque no se atreve a decirle a su prometida sus verdaderos sentimientos y da a entender con excusas que es culpa de ella... (spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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