Se nos asegura que "La isla mínima" es un intento de ahondar en una especie de thriller español, es decir, uno que se distancia del formato estadounidense. Quizás por eso la Academia de las Artes y las Ciencias la ha inundado con diez premios Goya de un total de 17, supongo que por todo, al menos las categorías principales. Sin embargo, no deja de resultarme todo lo contrario. De hecho las similitudes con la ficción norteamericana son obvias, por ejemplo, con la, por otro lado mediocre, serie, "True Detective" (2014), señalado por muchos de vosotros, pero también con títulos como "El informe Pelícano" (1993), pero cambiando los pantanos de Luisiana (en otras ocasiones Florida) con los de las marismas andaluzas, se supone que Sevilla, y el pelícano por el flamenco.

Dicho esto, no es malo que en España nos fijemos en el cine que funciona sino que lo hagamos sin convicción, más pendiente de lo social y lo postfranquista, un pegote artificial y tendencioso, que de lo criminal pero sobre todo sin cabeza. "La isla mínima" tiene buena planta, me gusta la atmósfera y la ambientación pero en la parte molar, es decir, el caso que se traen en las manos, es una chapuza. No sólo los policías hacen una investigación lamentable, ni interrogan, ni hacen hipótesis, ni tienen sospechosos, ni piensan, sino que el modus operandi de los malos es incomprensible. Al final lo que tenemos es un montón de datos la mayor parte irrelevantes, unas cuantas incoherencias y un final completamente en falso. Para más pifias, podéis consultar el detallado SPOILER de Kaori.