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Voto de Reaccionario:
7
Fantástico. Aventuras Cuento medieval con brujas, enanos y poderes mágicos. En las mazmorras del castillo de la hechicera y malvada reina Bavmorda, una prisionera da a luz a una niña que, según una antigua profecía, pondrá fin al reinado de la hechicera. La comadrona intenta salvar a la niña de la ira de Bavmorda, pero, alcanzada por los perros de presa del castillo, no tiene más remedio que arrojar la cuna al río. Gracias a la corriente, la cuna llega a un ... [+]
30 de diciembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del empacho indigesto del "Señor de los Anillos" urgía restablecer el buen crédito del género "Espada y Brujería" con una trabajo de interés. Y qué mejor que con un gran clásico de finales de los 80, "Willow", tantas veces vista, y aún así, fresca y de lo más entretenida. Es cierto que Ron Howard no innova mucho pues la trama guarda un sospechoso parecido con la famosa trilogía de Tolkien pero lo que si hace es combinar de forma eficiente la aventura, el romance y el humor y dotar a su producto de un estilo desenfadado pero atrayente y hasta épico, gracias a una gran banda sonora del maestro James Horner. Un relato, que aunque a veces corre el riesgo de encallarse, es un carrusel de fantasía y peripecias para divertir a toda la familia, desde los más pequeños hasta los mayores. Si cabe, el parecido con el "Señor de los Anillos" sirve para ver lo plomizo y la falta de encanto de ésta en comparación con "Willow". Porque entre otras cosas, aquí hay magia de verdad, hay fantasía. Los seres fantásticos son tratados como tales y respetada su esencia no como sucede en la de Peter Jackson. Hasta el mundo recreado tiene más textura, consistencia e imaginación que el galimatías de la Tierra Media.

Mención aparte merecen los personajes. Empecemos con Willow (Warwick Davis), que es el protagonista. La inteligencia del planteamiento está en que si se esfuerza puede triunfar pero dentro de sus posibilidades. Sería ridículo que venciese al dragón para demostrar a todo el mundo que el es más chulo, valiente y, en el fondo, superior al resto de mortales, cosa en la que torpemente caen todas las películas de los últimos años. La idea de "Willow" es que cada cual aporta su granito de arena pero cada uno según su capacidad. Entiendo que esto moleste a los igualitarios pero es la realidad y además, es bonito. Unos con la espada, otros con la magia, los de más allá con la fuerza, el de aquí con la inteligencia y hasta alguno con la confianza o su sola presencia. Porque para valeroso ya tenemos a Madmartigan (un estupendo Val Kilmer), un héroe muy de aquellos años, con la suficiente personalidad como para permitirse quedar mal como le pasa en toda la larga secuencia en la nieve, cosa impensable hoy día. Ya puestos, Sorsha (Joanne Whalley) es también un personaje imposible en estos tiempos. Eso de que se eche en brazos de nuestro héroe esperando a que le solucione la vida no puede ser más reaccionario.
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