Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Reaccionario:
6
Romance. Comedia Kate Armstrong (Zeta-Jones), reputada chef de un restaurante de moda de Manhattan, es tan apasionada que cautiva y a la vez intimida a la gente que la rodea. Pero el amor propio de Kate se tambalea cuando tiene que hacerse cargo de su sobrina de nueve años (Breslin) y, al mismo tiempo, resolver sus diferencias con Nick (Eckhart), su nuevo ayudante de cocina. Él es un hombre alegre y bastante irresponsable, pero la química que hay entre ... [+]
15 de abril de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que la película alemana "Deliciosa Marta" (2001) es mucho mejor que este remake lo cual no voy a discutir porque no la he visto. Pero conociendo lo que se ventila a cada lado del Atlántico me permito por lo menos ponerlo en duda. Sea como fuere, "Sin reservas" es un bonito drama romántico, más que comedia, rodado con bastante sensibilidad y acierto. No obstante, para mí el final es un poco precipitado pues no resuelve convenientemente algunos de los dilemas que atenazan a los personajes. Tampoco la parte puramente amorosa, sin ser mala, tiene la profundidad del resto de la película.

Lo mejor de "Sin reservas" es el perfil psicológico de los personajes y lo conflictos en los que caen. Para empezar, la chef Kate (Catherine Zeta-Jones, camino de los cuarenta años y guapísima), una mujer de éxito profesional pero con carencias emocionales. Desea tener la vida bajo control, igual que hace con la cocina que dirige. Reglas, prohibiciones, perfeccionismo esconden una desconfianza hacia el ser humano en general y hacia a los hombres en particular a causa de ciertos "traumas" familiares. Es ella la que dice a su psiquiatra o psicólogo: "Ojalá hubiera un libro de recetas para la vida".

Por su parte el ayudante de cocina Nick (Aaron Eckhart) es jovial y anárquico pero también temeroso de la responsabilidad y de correr riesgos. Y Zoe (una Abigail Breslin espléndida), una niña, para no desvelar nada, que está pasando por una situación especialmente difícil. Por cierto que la parte de Zoe es lo mejor de "Sin reservas", la chiquilla, que es una máquina, te despierta una ternura inmensa. Con estos ingredientes Scott Hicks construye una película bella, inteligente, sincera y emotiva. Puede que predecible y algo blanda, pero con encanto. No es perfecta, pero vista ésta, ¿a quién le importa?
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow