Ya lo decían los Sirex a mediados de los años 60: "Que se mueran los feos, que se mueran los feos que no quede ninguno, ninguno, ninguno, ninguno de feos". En eso reside básicamente la filosofía de "Marianela": a los feos que les parta un rayo, que estorban a los demás. De hecho, el protagonista masculino, Pablo (Julio Peña), está de un tonto con eso de imaginarse que si la chica es buena, es que tiene que ser guapa. Es más, llega a juzgarlas según su hermosura, lo cual aunque en primera instancia es bastante comprensible, en el fondo no es cierto. Me parece que este Pablo, además de un veleta, no sabe qué es el amor, ni cosa parecida.

En fin, ésta es la primera adaptación cinematográfica de la novela homónima de Benito Pérez Galdós, publicada en 1878. Además sus correspondientes versiones teatrales, destaca la de los Hermanos Álvarez Quintero en 1916, con Margarita Xirgu, hay otras para la gran pantalla, concretamente en 1955 y en 1972, esta última con Rocío Dúrcal. El caso es que tenemos a Marianela (Mary Carrillo) que es fea pero buena, que se enamora de Pablo, que es guapo y rico pero ciego. Y como Pablo no la ve, se imagina que es una belleza y por eso la quiere. ¿Qué pasará cuando recobre la vista y aparezca su prima Florentina (María Mercader)? Misterio.