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Voto de Reaccionario:
3
Comedia. Romance Película dividida en cuatro episodios. Aunque tiene novia, un joven que ha sufrido un accidente se enamora de su fisioterapeuta (Monica Bellucci). Una española de origen italiano (Elsa Pataky) vuelve a Roma para que su hijo conozca a su abuelo. Allí, tiene un romance con un hombre casado mucho mayor que ella. Dos homosexuales maduros que quieren casarse tropiezan con la desaprobación del padre de uno de ellos. Una pareja que no puede ... [+]
3 de diciembre de 2012
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película más bien flojita la de Giovanni Veronesi pero, eso si, con dos pedazos de mujeres para animar al personal, estratégicamente colocadas una en el primer relato para empezar bien y otra en el último, para que la gente no se vaya. La verdad es que no sabría decir cual está más guapa, una Bellucci por la que uno se dejaría triturar todos los huesos del cuerpo o una Pataky de infarto, nunca mejor dicho. Ellas dos consiguen levantar (no va con segundas) esta película porque el resto no tiene mucha miga. Es verdad que hay momentos divertidos y que los relatos, quieras que no, entretienen pero a la postre lo narrado es bastante simple por no decir grotesco, y lo peor, muy poco creíble, especialmente las historias que protagonizan ellas. De hecho de las cuatro historia que componen "Manuale d'Amore 2", las mejores son las que no salen Bellucci y Pataky, la de la pareja en busca de un hijo y la de los homosexuales. Por cierto, que cuando en un momento dado esos últimos se abofetean mutuamente, uno se pregunta si también se trata de malos tratos o es que están en contra de la igualdad de la mujer o son machistas, cosas que se dicen como un mantra sin sentido cuando es un varón el que golpea a una mujer.

Como decía, tanto la que protagonizan Belluci como Pataky resultan tan ridículas por su planteamiento y desenlace que llegan a ser directamente asquerosas especialmente porque están íntegramente planteados como una mera fantasía sexual masculina. Parece que la función de estas hembras de bandera es sencillamente copular con estos tipos que no hacen absolutamente nada, pero nada, para seducirlas y que por si fuera poco tampoco demuestran ninguna habilidad, atractivo físico, estatus, poder, simpatía, personalidad o cualquier rasgo que los pueda hacer apetecibles, especialmente el último. Se supone que debe ser divertido pero lo que produce es bochorno e ira. Ya sé que esto es muy cómodo y que a todo don nadie le gustaría ventilarse a unas señoritas como estas sin moverse del sillón de casa pero las cosas hay que currárselas algo más pues de lo contrario nos sale una patochada sin sentido como pasa aquí. Lamentable, no sólo por lo increíble que resultan sino por la imagen que se ofrece de la mujer, de un sexualidad tan potente, que enloquece ante la presencia de un falo, independientemente del tipo que lo lleve adherido.

Lo peor es que estas mujeres son convertidas en objetos sexuales pero, atención, este concepto es culpa siempre del otro, no de ellas. Es la mirada masculina, del director o de los protagonistas las que las etiqueta así. Son objetos porque los varones de esta película solo ven eso en Pataky o Bellucci, cosa que un servidor, con la el corazón en la mano, nunca haría. De hecho, el uno tiene novia y el otro está casado y no parece que su aparición despierte otro sentimiento que el puramente sexual. Por su parte, a otras hembras se les asignan otros roles, el de compañeras, madre de tus hijos, vieja insoportable o el de "foca" cuidadora. Pero podría ser de otra forma. Si por ejemplo Pataky hiciera el papel de Manuela (Barbora Bobulova) y ésta el suyo, Pataky dejaría de ser "objeto sexual" para desempeñarlo Barbora. Algunos, muchos, dirán que por todo esto y mucho más la película es horriblemente machista, ya que no sólo son tratadas de objetos sexuales sino insultadas, engañadas o despreciadas. Se diría, por ejemplo, que ponerle los cuernos es una cosa lo más normal del mundo y que por eso la susodicha tiene que poner buena cara y perdonar al hombre, faltaría más.

Y esto se hace porque equiparamos "machista" con "cosas malas que hace un hombre". Sin embargo, el poner los cuernos no es una cosa en sí machista, ni feminista, ni nada, y aquí lo vemos en hombres y en mujeres. En otra ocasión aclaré que machismo es, según el DRAE una "actitud de prepotencia de los varones hacia las mujeres". Lo malo es que este poder masculino sacado de todo contexto parece una invitación a cualquer comportamiento masculino. Es algo parecido al concepto de "conservador" que parece avalar todo lo existente cuando en realidad se adhiere a unas cosas y rechaza a otras en función de una serie de valores. Lo mismo pasa con lo machista. Esa superioridad masculina se vincula a una tradición, a unas ideas morales, a unos roles y a unos "estereotipos" de género determinados. De hecho, no concibo un machismo que no sea reaccionario pues dichos "estereotipos" están sustentados no sólo en la religión, las costumbres más ancestrales y universales y la naturaleza humána más intrínseca sino que niega el igualitarismo, el liberalismo o las relaciones mecánicas de las sociedades modernas. Dicho lo cual, "Manuale d'amore 2" puede ser, y de hecho es, bastante ofensiva para la mujer pero lo que es machista, no lo es para nada por la ausencia de dichos "estereotipos" y roles de género que tendrán que ser explicados en otra ocasión.
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