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Voto de Reaccionario:
4
Comedia Dos hombres de negocios sostienen distintas tesis sobre las condiciones de la naturaleza humana. Para uno es cuestión de genética, para el otro es cuestión de educación. Para corroborar sus teorías hacen una apuesta para lo cual cambian los destinos de dos personas socialmente antagónicas. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2013
4 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
O una de dos. O bien el recuerdo de una simpatiquísima comedia era falso. O bien uno de niño se ríe de unas cosas que ya de mayor no le hacen gracia. Por ejemplo, sigue sin parecerme divertido Eddie Murphy sino más bien cargante con sus muecas, aspavientos y verborrea. Me da la espina que el tipo de humor que maneja, por lo menos al principio de su carrera, era demasiado simple e infantil, pensado tal vez para niños que para adultos más o menos formados. A mí lo único que me ha hecho gracia es el malo que empuja a la gente por la calle y una situación de Billy (Eddie Murphy) en "su" mansión. Dicho esto, "Entre pillos anda el juego" tiene buen ritmo y el argumento es sorprendentemente bueno pero está mal llevado, quizás por su corrección política. Llega un momento en el que no me creo nada, como ejemplo, la confusión permanente entre hombre y gorila. Aún peor, por exagerada, es la capacidad de adaptación de los susodichos y todo el infantil y largo desenlace.

Os digo que no me gusta la película. No me gusta el politiqueo barato que se trata de hacer poniendo a los hermanos Duke, los malos, como republicanos con fotografías de Reagan y Nixon; no me gusta el retrato tan estereotipado y tendencioso de las "clases altas", ni tampoco esa hipocresía que distingue entre capitalistas y especuladores buenos y malos; me disgusta la apuesta tan ramplona por el ambientalismo despreciando hasta lo ridículo el factor genético; me repele Ofelia (Jamie Lee Curtis) por lo fresca que es, la suerte que tiene y por su mercantilismo tan frívolo de banquera. Pero sobre todo, me molesta que se castigue a Penélope (Kristin Holby) que es una máquina. Lo "curioso" es que ¿qué hace está consentida, elitista y aniñada ultraconservadora, una Cher Horowitz (Fuera de Onda) pero más fogosa, cuando cree que su prometido la engaña? Pues le da una torta y lo manda a paseo. Pues claro, como no es progre, normal que no aguante los cuernos.
Reaccionario
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