Por supuesto, la original de "El planeta de los simios" (1968) pero tenía el recuerdo de niño de una secuela antigua que me cautivó especialmente, aunque no sabía cuál de las cuatro restantes era. Pues bien, resulta que es ésta aunque al principio lo disimula bastante. De hecho, "Regreso al planeta de los simios" tiene un primer tercio flojo, un segundo en el que un giro entre lo friqui, lo psicodélico y lo extravagante le hace ganar interés, y un último acto que es explosivo, nunca mejor dicho. Efectivamente, la película va de menos a más y toda la recta final se convirtió en un referente en mi infancia, es decir, que en mis historias, juegos y aventuras trataba de reproducir toda esta agónica parte. Rara vez habíamos visto entonces, quizás ahora sea algo más común, un desenlace tan desesperado, amargo y violento (SPOILER).

El largometraje aunque ha perdido el factor sorpresa sigue siendo políticamente complejo. Evidentemente, hay una lectura contra el militarismo durante la Guerra de Vietnam pero también se dibuja una dicotomía que puede traducirse en el enfrentamiento de bloques en la guerra fría. Aunque también se asemeja lo suyo al mundo de "La máquina del tiempo" (1895) de H. G, Wells. Ahora bien, el asunto es más complicado porque si los simios son los imperialistas yanquis y los humanos los vietnamitas, por ejemplo, a la postre los que la lían bien gorda son estos últimos. Al final el debate queda reducido a pulsar o no pulsar el botón, véase SPOILER, situación que llevada a otro contexto ofrece posibilidades muy inquietantes. Por ejemplo, ¿sería lícito arrasar nuclearmente la Alemania de Hitler antes de la Segunda Guerra Mundial?