Gary Oldman, (gran actuación la suya pero con Gary resulta repetitivo decirlo) con esos pelos y encima haciendo de galán no puede dejar de recordarte inevitablemente a su personaje de Drácula en la memorable cinta que rodó Francis Ford Coppola en 1992. Y "La letra escarlata" sobre todo al final, te recuerda a la magistral "La Misión" rodada por el mismo Roland Joffé. Con esos ingredientes resulta difícil suspender a esta película pero si además la cinta entretiene, tiene una trama bien construida, sale la atractiva Demi Moore y además es histórica (me gusta ese género) pues merece hasta un poco más.

Joffé cuida de los detalles, por ejemplo, con una ambientación bastante buena y una banda sonora, cálida y envolvente, ideal para una obra épica y que recordaba con la soberbia "Bailando con Lobos" (¡como que es John Barry el compositor!). "La letra escarlata" pese a los buenos ingredientes con los que cuenta no llega a construir una cinta plenamente redonda. Buena culpa de esto creo que la tiene la propia historia. Ya he comentado en otras ocasiones que es muy difícil retratar una historia de amor y aquí, y pese a los esfuerzos de Oldman, por falta de tiempo y guión, no logra conmover como debiera. Y la parte bélica de los indios está bastante poco aprovechada. Así por momentos se reduce a una historia sentimental, casi como las de serie B de sobremesa.

Merece la pena comentar, aunque sea de pasada, que puestos a repartir culpas, "La letra escarlata" muestra que en cuanto a fanatismo religioso e intolerancia, en todos los países y en todos los credos ha habido manchas, y los puritanos de norteamerica (los supuestos fundadores de los Estados Unidos), por aquellos tiempos, eran de un rigor, de un dogmatismo, de un nivel de represión que superaba con creces a lo que se ventilaba en cualquier país católico.

"La letra escarlata", como ya he apuntado antes, entretiene, bien por los amoríos, bien por el tema de los indios o por las intrigas religiosas de la colonia, y como la parte final es especialmente interesante (SPOILER) al final su visionado resulta agradable.