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6
Romance. Comedia La vida sentimental de Abby Ritcher (Katherine Heigl), una joven productora de TV de Sacramento, deja mucho que desear. Esperando al hombre perfecto, se ha quedado soltera e incluso ha llegado a pensar que está incapacitada para el amor. De repente, sus jefes deciden que forme equipo con Mike Chadway (Gerard Butler), un rudo presentador que pretende explicar por qué razón los hombres y las mujeres son tan distintos. A pesar de su ... [+]
15 de julio de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vayamos directamente al grano. Parece mentira que tenga que venir un señor, Mike Chadway (Gerard Butler), que diga lo que diga, es un poco ceporro encima, a enseñar al sexo débil, en concreto a la guapa Abby Ritcher (Katherine Heigl), cómo se seduce, cómo somos nosotros, qué cosas nos gustan de vosotras y en general, todos los trucos que se consideraban que por el mero de hecho de ser mujer, los sabían y los practicaban. Pues no, no los saben. El quid de toda la cuestión es que como buscamos la igualdad con el hombre, ellas terminan copiando nuestro modo de ser, incluidos nuestros errores más reprochables. Y entonces cometen torpezas como no calibrar el interés que despiertan en el género opuesto o llamar a X como si no supieran que si le ha gustado aunque sólo sea un poco, ya te llamará él. Chicas, dejad que os conquisten, si os atrae él, insinuad incluso pero no vayáis detrás de nadie. Eso es cosa nuestra. Así que prestad atención a nuestro filósofo de cabecera que es Chadway porque dice verdades como puños. Ahora bien, siendo cierto, le falta añadir otras cosas que son también fundamentales. Solamente presta atención al lado sexy, el de stripper, pero el otro, el de bibliotecaria, que es el 50 %, se le olvida por completo.

Dicho esto, hay que evitar exageraciones, ni ser tan bruto de no fijarse en Y si va tapada y ponerte como una moto si enseña canalillo. De lo contrario entramos casi en una caricatura de la posición masculina, que es en parte la que se ofrece aquí. Los hombres somos simples, pero dentro de nuestro simpleza podemos avanzar, incluso ser sofisticados. Por ejemplo, lo sexual se enriquece con el erotismo. Recordad que aunque el código binario es uno de los más sencillos que existen, se puede hacer virguerías con él. Ser hombre, reconocer que lo dice Chadway es muy cierto, no quiere decir que debamos ser ignorantes, ni vulgares, ni paletos, ni guarros, ni maleducados. Y sobre todo, no tiene nada que ver con ser un cínico o no creer en el amor, tremendo error en el que parece deslizarse "La cruda realidad". Sin embargo, que lo físico, la belleza o el pelo largo, es de entrada lo que más atrae o que hay cosas que nos gustan de vosotras, ser alegres, y otras que detestamos, como la manía de criticar, es inapelable. Reconocerlo no os convierte en bobas, ni en unas muñecas, sino que os hace ganar atractivo y poder. Hay mucha psicosis-ansiedad femenina y trabajos como éste, que además de ser instructivo, es muy divertido, deben hacernos pensar.
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